¿Se inciensa el cirio pascual?


Sí, ma non troppo. Un poquito. Bueno… casi nada. Es decir, no, mire, que no. A ver si nos explicamos…

Hace unos días un simpático e inteligente colega me preguntó al respecto sobre el tema, dado que le habían llegado preguntas sobre ello, y algunas con afirmaciones añadidas algo desconcertantes.

Y dado que no habíamos dedicado ningún flash a esta cuestión, desde aquí nos pusimos manos a la obra, es decir, manos a los libros litúrgicos para ver cuándo hay que incensar el apreciado cirio.

Buscamos y rebuscamos… y… ¡qué sorpresa! Nada. Bueno, nada no. En realidad, según el misal y el mismísimo Ceremonial de los Obispos (firmes, ¡ar!), solo se le inciensa antes del canto del Exultet en la Vigilia pascual.

Fuera de esta celebración no hay indicación alguna de que se deba prestar atención al cirio pascual durante las celebraciones litúrgicas, ya sean estas presididas por el obispo o por un presbítero.

Sabemos que se inciensa con tres movimientos dobles del turíbulo (Institutio del Misal 277), y que recibe este honor en el momento antes indicado, según consta en la rúbrica del misal y en el mismo Ceremonial de los Obispos (cf. 345).

Pero, como decimos, aparte de esto, en ninguna otra celebración, ni siquiera en la misa del mismo día de pascua, la cual debe ser celebrada según el modelo de la misa estacional. Así, cuando el obispo llega al presbiterio inciensa el altar y la cruz (cf. Ceremonial 131), como también las imágenes expuestas a la veneración pública si las hay (cf. Institutio 277). Lo mismo si preside un presbítero. Pero del cirio que brilla allí durante la cincuentena pascual… ni caso.

Ya sé… ya sé que os da pena… Tan bonito, estilizado, colorido, decorado… Ah, querido lector, pero te olvidas de algo muy importante: su humildad. Y por ser humilde el cirio pascual está contento de brillar sin que nadie le eche incienso… y que vaya para el altar y para el Señor del altar. ¡Qué majo! ¡Con razón es pascual!

Jaume González Padrós
(Flash litúrgico)

Repertorio para la Vigilia Pascual

Cada celebración litúrgica tiene su propio "repertorio" que encontramos en los libros litúrgicos, en el caso de la Misa en el Leccionario y el Misal; como es muy posible que no todos conozcan las antífonas musicalizadas ofrezco primero los textos litúrgicos que deberían ser cantados y a continuación una posible selección de cantos, los cuales los encontraréis también mensualmente en la Revista Misa Dominical del CPL. Las iniciales corresponden a: MD (Cantoral de Misa Dominical); CLN (Cantoral Litúrgico Nacional); LS (Libro del Salmista); GR (Graduale Romanum).

Partiendo de que el Ordinario de la Misa debe ser siempre el texto oficial (Señor ten piedad, Gloria, Credo, Santo y Cordero de Dios)... me detendré solo en las partes del Propio de la Misa, teniendo en cuenta los textos del Misal y del LeccionarioPara facilitar la accesibilidad a los cantos los enlazaré a youtube, aunque soy consciente que la calidad interpretativa en la gran mayoría de los casos deja mucho que desear.


I. LUCERNARIO

Esta noche es la gran fiesta del año, la que da sentido a nuestra fe. En esta noche santa encendemos el fuego que irrumpe en la oscuridad y da paso a la luz de Jesucristo que nosotros seguimos tomando luz de su luz.


Procesión

El diácono o el sacerdote, elevando el cirio pascual encendido canta en la puerta de la iglesia la aclamación correspondiente que repetirá también en el centro de la iglesia y a los pies del altar:

- Luz de Cristo. Demos gracias a Dios (Misal Romano)




Pregón Pascual

El Pregón Pascual debe ser anunciado por un diácono o un sacerdote; si por necesidad debe ser anunciado por un laico omite las palabras: Por eso, queridos hermanos, hasta el fin de la invitación, y el saludo: El Señor esté con vosotros.

- Pregón Pascual (largo) - Misal Romano

- Pregón Pascual (breve) - Misal Romano


II. LITURGIA DE LA PALABRA


A continuación, serenamente, se escucha la palabra de Dios, que en este día hace un recorrido por toda la historia de la salvación con una estructura fija: Lectura / Salmo responsorial / Oración.

1ª Lect.: Gen 1 - Salmo: Envía tu espíritu, Señor. LS/ MD 135 / CLN D38

2ª Lect.: Gen 22 - Salmo: Protégeme Dios mío que me refugio en ti. LS/ MD 135
3ª Lect.: Ex 14 - Salmo: Cantaré al Señor gloriosa es su victoria. LS/ MD 137
4ª Lect.: Is 54 - Salmo: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. LS/ MD 139 / CLN D41
5ª Lect.: Is 55 - Salmo: Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. LS/ MD 147
6ª Lect.: Bar 3 - Salmo: Señor, tú tienes palabras de vida eterna. LS/ MD 138 / CLN D43
7ª Lect.: Ez 36 - Salmo: Como busca la cierva corrientes de agua. LS/ MD 148


Entre las lecturas del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento se entona el Gloria (siempre con el texto litúrgico) mientras se tañen las campanas, se ilumina la iglesia y se encienden las velas del altar, como si la luz irrumpiese definitivamente en la oscuridad de la noche, porque Cristo ha irrumpido así en la historia. El Gloria nos recuerda ese misterio de la encarnación, finalizado este se canta la Oración Colecta y a continuación se proclama la epístola de san Pablo a los Romanos. 

Acabada la epístola, todos se levantan, y el sacerdote entona solemnemente por tres veces, elevando gradualmente el tono de la voz, el Aleluya pascual.

- Aleluya Pascual (Misal Romano)

Después, el salmista o cantor proclama el salmo 117, y el pueblo intercala Aleluya en cada una de sus estrofas.

Si no se conoce este "Aleluya" que ofrece el Misal, se puede hacer con otro, intercalando los versículos del salmo 117: "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia...". 


Después de la proclamación solemne del Evangelio y de una breve homilía comienza la...

III. LITURGIA BAUTISMAL

La liturgia bautismal es la tercera parte de la Vigilia. La pascua de Cristo y nuestra se celebra ahora en el sacramento. Esto se manifiesta más plenamente en aquellas Iglesias que poseen la fuente bautismal, y más aún cuando tiene lugar la iniciación cristiana de adultos, o al menos el bautismo de niños. Aun en el caso en que no haya bautizos en las iglesias parroquiales se hace la bendición del agua bautismal. Si esta bendición no se hace en la fuente bautismal sino en el presbiterio, el agua bautismal debe ser trasladada después al baptisterio, donde será conservada durante todo el tiempo pascual. Donde no hayan bautizos ni se deba bendecir el agua bautismal, hágase la bendición del agua para la aspersión de la asamblea, a fin de recordar el bautismo.

Carta circular sobre las fiestas pascuales (1988), n. 88.

A la luz de esta aclaración la bendición del agua bautismal y la bendición del agua común son excluyentes. En el primer caso, es decir, de haber bautismos esa noche o durante la cincuentena pascual, se comenzaría con el canto de las Letanías de los santos (Misal Romano). Y en el caso de ir en procesión al baptisterio para realizar el bautismo se puede entonar Vi que manaba agua o un canto similar.

Renovación de las promesas bautismales

Acabado el rito del bautismo, o después de la bendición del agua común, si no hubo bautismos, todos de pie y con las velas encendidas en sus manos renuevan las promesas del bautismo. En este momento se podría cantar las respuestas a los artículos de la fe: Si, creo o en latín Credo, amen.



Aspersión al pueblo

El sacerdote asperja al pueblo con agua bendita, mientras todos cantan:

Antífona
Vi que manaba agua del lado derecho del templo, aleluya.

Y habrá vida dondequiera que llegue la corriente y cantarán:
Aleluya, aleluya.

- Vidi aquam (gregoriano) GR 708 / MD 93-2 / CLN A82 


Se puede cantar otro canto de índole bautismal.

- Un solo señor (L. Deiss) MD 5-1 / CLN 708

IV. LITURGIA EUCARÍSTICA

Ofertorio o presentación de dones

La antífona de ofertorio que propone el Graduale Romanum para esta celebración es:


Pero si el coro tiene cualidades podría interpretar en este momento un motete polifónico; o el organista una obra apropiada. En ambos casos debe ajustarse a la duración del ofertorio y, por supuesto, al contexto celebrativo. 

Comunión

Antífona de comunión  (Cf. 1 Cor 5, 7-8)

Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebremos con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad. Aleluya.


El Graduale Romanum propone también alternar el canto de un aleluya con los versículos del salmo 33: "Gustad y ved qué bueno es el Señor...". 

Si no se conoce ninguna de estas alternativas también se podría entonar un canto pascual:

- Cristo resucitó (Conferencia Episcopal) MD 351-1 / CLN A13 
- El Señor resucitó (T. Aragües) CLN 204; 
- Cantad al Señor (T. Vaquero - J. Herrer) MD 365 / CLN 757.

Finalmente el sacerdote o el diácono despide a la asamblea cantando





* Si alguna persona conoce otras versiones musicalizadas de estos textos litúrgicos puede incluirlas en los comentarios para enriquecer el repertorio.


Repertorio para el Viernes Santo



Cada celebración litúrgica tiene su propio "repertorio" que encontramos en los libros litúrgicos, en el caso de la Misa en el Leccionario y el Misal; como es muy posible que no todos conozcan las antífonas musicalizadas ofrezco primero los textos litúrgicos que deberían ser cantados y a continuación una posible selección de cantos, los cuales los encontraréis también mensualmente en la Revista Misa Dominical del CPL. Las iniciales corresponden a: MD (Cantoral de Misa Dominical); CLN (Cantoral Litúrgico Nacional); LS (Libro del Salmista); GR (Graduale Romanum). 

Tendré presentes los textos del Misal y del Leccionario, y enlazaré los cantos a vídeos de youtube, aunque soy consciente que la calidad interpretativa en la gran mayoría de los casos deja mucho que desear.

El día de Viernes Santo no se celebra la Eucaristía, todo gira entorno a la Palabra y a la adoración de la Cruz. Quizás hoy más que nuca el silencio adquiera un mayor protagonismo, ya que el mismo silencio con el que finalizaba la liturgia del Jueves Santo lo encontramos al inicio de la celebración de la Pasión del Señor, momento en el que todos nos arrodillamos mientras el sacerdote se postra en el suelo frente a un altar completamente desnudo. Comenzando directamente con la Oración Colecta y, a continuación, la Liturgia de la Palabra.

Salmo responsorial


- Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu, LS / MD 134 / CLN D37.

Versículo antes del evangelio


V. Cristo se ha hecho por nosotros obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre. 

- Tanto amó Dios al mundo, MD 157 / CLN D18.

Mostración de la  Santa Cruz




Adoración de la  Santa Cruz

El Misal propone una serie de cantos para este momento:

Antífona
Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos.
Por el madero ha venido la alegría al mundo entero.



Improperios
¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho, en qué te he ofendido? Respóndeme.

- Improperia (gregoriano) GR176


Himno
¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!



Si no se conoce ninguno de estos cantos u otros con el texto litúrgico pero con otra musicalización, siempre se puede entonar un canto que evoque la centralidad de la Cruz de Cristo, como por ejemplo:

- Ved la cruz de salvación, MD 335-1 / CLN 103

La 3ª edición del Misal Romano en español añade esta rúbrica: Teniendo en cuenta las condiciones del lugar y las tradiciones del pueblo, según la oportunidad pastoral, se puede cantar el Stabat Mater, según el Gradual Romano, u otro canto apropiado en memoria de la compasión de la bienaventurada Virgen María.

O si el coro tiene la capacidad de interpretar obras de polifonía clásica puede cantar, entre otros:


Comunión

En este día no se propone una Antífona de comunión propia. La rúbrica del Misal nos indica que se puede cantar el Salmo 21: Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?

Si el coro goza de las cualidades necesarias para interpretar un motete puede utilizar, por ejemplo, Domine Iesu Christe (Melchor Robledo, 1510-1586) u otro similar.

La celebración debe finalizar sin bendición y en silencio.



* Si alguna persona conoce otras versiones musicalizadas de estos textos litúrgicos puede incluirlas en los comentarios para enriquecer este repertorio.






Repertorio para el Jueves Santo



Cada celebración litúrgica tiene su propio "repertorio" que encontramos en los libros litúrgicos, en el caso de la Misa en el Leccionario y el Misal; como es muy posible que no todos conozcan las antífonas musicalizadas ofrezco primero los textos litúrgicos que deberían ser cantados y a continuación una posible selección de cantos, los cuales los encontraréis también mensualmente en la Revista Misa Dominical del CPL. Las iniciales corresponden a: MD (Cantoral de Misa Dominical); CLN (Cantoral Litúrgico Nacional); LS (Libro del Salmista); GR (Graduale Romanum).

Partiendo de que el Ordinario de la Misa debe ser siempre el texto oficial (Señor ten piedad, Gloria, Credo, Santo y Cordero de Dios)... me detendré solo en las partes del Propio de la Misa, teniendo presentes los textos del Misal y del LeccionarioPara facilitar la accesibilidad a los cantos los enlazaré a youtube, aunque soy consciente que la calidad interpretativa en la gran mayoría de los casos deja mucho que desear.


El Jueves Santo es el pórtico del Triduo Pascual, tal y como se indica en el Misal Romano, reuniéndonos para recordar y celebrar la última cena de Jesús con sus discípulos. Su último encuentro con ellos antes de la pasión. Un encuentro que quiere resumir el sentido de todo lo que está a punto de ocurrir: su entrega hasta la muerte; y en el que recordamos: 1) la institución de la Eucaristía; 2) el Sacramento del orden; 3) el mandato del Señor sobre la Caridad fraterna. Este día se canta el Gloria y, mientras, se pueden tañer las campanas, que no volverán a sonar hasta la Solemne Vigilia Pascual. Existe una antigua tradición que después del Gloria el organista cerraba la consola del órgano y este no volvía a sonar hasta el Gloria de la Vigilia Pascual.

Procesión de entrada

Antífona de entrada (Cf. Ga 6, 14)

Nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, vida y resurrección, por él hemos sido salvados y liberados.

- Nos autem (gregoriano) GR 162

Nosotros hemos de gloriarnos (F. Palazón) MD 342 (942) / CLN 163

Salmo responsorial



Versículo antes del evangelio 


Lavatorio de los pies 

El Misal propone para este momento el canto de hasta siete antífonas diferentes:

Antífona 1 - Cf. Jn 13, 4. 5. 15

El Señor, después de levantarse de la Cena, echó agua en la jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos. Éste fue el ejemplo que les dejó.

- Postquam surrexit (gregoriano) GR 164

Antífona 2 - Cf. Jn 13, 12. 13. 15

El Señor Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, les lavó los pies y les dijo: «Comprendéis lo que yo, Señor y Maestro, he hecho con vosotros? Os he dado ejemplo para que vosotros también lo hagáis».

- Dominus Iesus (gregoriano) GR 165

Antífona 3 - Jn 13, 6. 7. 8

R/. Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?
Jesús le contestó: «Si no te lavo los pies, no tienes parte conmigo».
V/. Llegó a Simón Pedro y éste le dice: R/.
V/. «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; pero lo comprenderás más tarde». R/.

- Domine, tu mihi lavas pedes? (gregoriano) GR 165

Antífona 4 - Cf. Jn 13, 14

Si yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, cuánto más vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.

- Si ego Dominus (gregoriano) GR 166

Antífona 5 - Cf. Jn 13, 35

R/. «En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».
V/. Dijo Jesús a sus discípulos: R/.

- In hoc cognoscent omnes (gregoriano) GR 166

Antífona 6 - Cf. Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado, dice el Señor.

- Mandatum novum do vobis (gregoriano) GR 167

Antífona 7 - Cf. 1 Cor 13, 13

Permanezcan en vosotros la fe, la esperanza, el amor, estas tres: la más grande es el amor.

- Maneant in vobis (gregoriano) GR 167



Si no se conoce ninguna de estas antífonas se podría cantar en lugar de la sexta o de la séptima uno de estos cantos:

- Si me falta el amor, CLN 741.

Ofertorio o presentación de dones 

El Misal Romano solo conserva una antífona de ofertorio y es la de la celebración del Jueves Santo, por ello, si algún debemos cantar en el ofertorio es este.


Al comienzo de la liturgia eucarística se puede organizar una procesión de los fieles en la cual, con el pan y el vino, se pueden presentar dones para los pobres. Mientras tanto se canta el siguiente himno u otro canto apropiado.

Ant. Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.


- Donde hay caridad y amor (J. Madurga), MD 179 (779) / CLN O26.

O alguna de las obras polifónicas que se pueden encontrar de polifonía clásica o incluso moderna, por ejemplo: Duruflé, Bartolucci, Rutter, Lauridsen, Gjeilo...

Comunión

La antífona de comunión del día de hoy es eminentemente eucarística: 

Antífona de comunión - Cf. 1 Cor 11, 24-25
Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, dice el Señor; haced esto, cada vez que lo bebáis, en memoria mía.

- En la fracción del pan (A. Taulé) 167 (767) / CLN O5.

Si el coro tiene la capacidad de interpretar obras polifónicas puede cantar, entre otros:
- Hoc Corpus (Melchor Robledo, 1510-1586)

Traslado del Santísimo Sacramento

Tal y como indica la rúbricra del Misal, lo más apropiado durante el traslado del Santísimo  es cantar la primera parte del himno eucarístico *Pange lingua, CLN O2 o Que la lengua humana, MD 164 (764) / CLN O15, O33; y una vez en el lugar de la reserva la última parte *Tamtum ergo o Adorad postrados; si no se conocen estos himnos pueden utilizarse otros cantos de carácter eucarístico como Cantemos al amor de los amores, MD 183 (783) / CLN O8.

La celebración finaliza sin bendición y en silencio.


* Si alguna persona conoce otras versiones musicalizadas de estos textos litúrgicos puede incluirlas en los comentarios para enriquecer este repertorio.



El tiempo litúrgico de Cuaresma y su música

Origen y significado.

Posiblemente, al oír la palabra "Cuaresma", uno empieza a pensar en: ayuno, abstinencia, limosna, penitencia, austeridad, etc.; parece un tiempo triste, sin embargo, debemos aproximarnos a este tiempo litúrgico dejando nuestros prejuicios de lado, haciendo nuestras las palabras del prefacio I de Cuaresma:
Concedes a tus hijos anhelar, año tras año, la celebración de la Pascua, con alegría y conversión de corazón. Para que, dedicados con mayor entrega a la oración y al servicio de los hermanos, lleguemos a ser con mayor plenitud hijos tuyos con la celebración de los sacramentos que nos dan nueva vida.
Sabemos que los primeros cristianos sólo tenían una fiesta: el domingo; sin embargo, las comunidades cristianas pronto coincidieron en el deseo y en la necesidad de celebrar un día al año, con especial solemnidad, la Pascua del Señor. Ese día correspondería, más o menos, con los días de la muerte y resurrección del Señor; y, también, con la Pascua judía, la cual se rige por el calendario lunar. Esta solemne celebración suscitó inmediatamente una preparación, que inicialmente se limitó a lo que ahora conocemos por viernes santo y sábado santo, luego fue una semana, pronto tres, finalmente cuarenta días –haciendo alusión a los cuarenta días del diluvio, a los cuarenta años por el desierto del pueblo de Israel, pero, sobre todo, a los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de ser tentado. Obviamente, en estos 40 días no contamos los domingos, ya que estos jamás tienen un carácter penitencial, por ello no tiene sentido alguno la práctica "pastoral" de imponer la ceniza (propia del miércoles de ceniza) el I Domingo de Cuaresma.
Podemos afirmar que el nacimiento de la Cuaresma tiene lugar durante el siglo IV, según el testimonio de Eusebio (332), y durante ese mismo siglo se consolida tanto en Oriente como en Occidente. La Cuaresma Romana tradicional tiene un triple componente: la preparación pascual de la comunidad cristiana, el catecumenado y la penitencia canónica. 

Características y peculiaridades de este tiempo.

El tiempo de Cuaresma según la Carta Apostólica Mysterii Paschalis de Pablo VI, con la que se aprueban las normas generales del Año Litúrgico y del nuevo Calendario Universal:

27. El tiempo de Cuaresma esta ordenado a la preparación de la celebración de Pascua. En efecto, la liturgia cuaresmal dispone a la celebración del Misterio Pascual, tanto a los catecúmenos, haciéndolos pasar por los diversos grados de la iniciación cristiana, como a los fieles, que recuerdan el bautismo y hacen penitencia.
28. El tiempo de Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, exclusive. Desde el comienzo de Cuaresma hasta la Vigilia Pascual no se dice Aleluya. El miércoles que comienza la Cuaresma, que es en todas partes día de ayuno, se imponen las cenizas.
30. Los domingos de este tiempo se llaman: primer, segundo, tercer, cuarto, quinto, domingo de Cuaresma. El sexto domingo, con el que comienza la Semana Santa, se llama «Domingo de Ramos de la Pasión del Señor».
31. La Semana Santa está destinada a conmemorar la Pasión de Cristo desde su entrada mesiánica en Jerusalén. Durante la mañana del Jueves Santo, el Obispo que concelebra la Misa con su presbiterio, bendice los óleos sagrados y consagra el santo crisma.

A parte de estas características, cabe destacar algunas peculiaridades de este tiempo:

- Miércoles de ceniza: tiene un origen antiguo (s. XII) y se impone diciendo: "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás" (Gn 3,19); o "Conviértete y cree en el Evangelio" (Mc 1,19). Su origen está en las antiguas penitencias medievales, sin embargo sigue vivo su simbolismo: a) condición débil y caduca del hombre; b) condición pecadora; c) oración de súplica al Señor; d) esperanza en la resurrección.
- Austeridad en el espacio litúrgico: ornamentos, flores, música...
- Limosna: es dar de lo nuestro a quien lo necesite, no solo dinero.
- Oración: vivir con más intensidad personal nuestra relación con Dios.
- Ayuno: significa adquirir libertad, tener la voluntad de abstenernos de algo.

¿Música sí o no?

El tiempo de Cuaresma es un tiempo claramente austero. Esto no quiere decir que hagamos desaparecer la música de nuestras celebraciones; pero sí debemos estar atentos –como en todos los tiempos litúrgicos– al repertorio que seleccionamos. Algún criterio fundamental para esta selección debe ser:

- NO se canta el Gloria (excepto en alguna solemnidad, como por ejemplo: san José)
- NO se canta el Aleluya, debe ser sustituido por otra aclamación (ver apéndice del Leccionario)
- NO se debe interpretar música instrumental (excepto el domingo IV de Cuaresma - Laetare). En este tiempo se limita el uso de los instrumentos para sostener el canto.
- El Miércoles de ceniza se podría iniciar la celebración con el canto de la letanía de los santos.
- La oración de los fieles se podría resaltar cantando como respuesta: Kyrie eleison
- El Attende, Domine es típico y modélico como canto cuaresmal. El olvidarlo sería una pérdida; al igual que la antífona mariana Ave Regina Caelorum.
- Un opción recomendable para comunidades más pequeñas es utilizar el mismo canto de entrada durante toda la cuaresma, a continuación incluimos el vídeo de la propuesta de la Conferencia Episcopal Española: ME INVOCARÁ Y LO ESCUCHARÉ.








Azul inmaculada


Fotografía © Miguel Castaño
Es una escena habitual el que en muchas de nuestras parroquias, en el día celebración de la festividad de la Inmaculada Concepción vemos emplear -allí donde los hay- ornamentos de color azul celeste y escuchar durante la homilía la explicación de que tal color se debe a un privilegio concedido a España en el siglo XIX por la ancestral defensa que nuestra nación ha hecho de ese dogma. Es conveniente recordar algunos pormenores del uso de este privilegio pues resulta cada vez más frecuente ver como este color -debido sin duda al celo mariano- es usado para celebrar otras advocaciones de la Santísima Virgen.

Lo primero que hemos que precisar es que el color azul, como tal, no es un color litúrgico. En efecto, son colores litúrgicos todos y solo aquellos que se prescriben en el punto 346 de la actual Instrucción General del Misal Romano, a saber, el blanco, el verde, el rojo, el morado, el negro y el rosado. El color azul es, hablando en puridad, un privilegio litúrgico. Esta distinción no es quisquillosa ni rebuscada, dado que según un venerable principio litúrgico, "todo aquello que en la liturgia no es obligatorio, está prohibido". El sentido del privilegio litúrgico es precisamente ser una excepción a una ley general, privilegio concedido por la Santa Sede de lo cual puede hacerse uso o no; esto es lo que lo distingue esencialmente de los colores litúrgicos facultativos como el rosáceo o el negro, que no constituyen excepciones, sino posibilidades ad libitum pero que figuran explícitamente en el conjunto de normas litúrgicas de la Iglesia.

El privilegio de poder emplear el color azul no es, sin embargo, el único concedido a España. Existe un breve pontificio, Ad hoc nos, rubricado por San Pío V (al que se añade el Pastoralis officii de Gregorio XIII) en el que se compendian todos los privilegios litúrgicos otorgados a nuestra nación, muchos de los cuales si bien han caído en desuso no debería ser óbice para conocerlos. Tales privilegios son el fruto de centenarias costumbres litúrgicas españolas -y no tanto una concesión graciosa en recompensa a determinados "méritos" como en ocasiones parece interpretarse- que recibieron tal reconocimiento después de haber sido solicitada la continuación de tales usos. Algo semejante ha sucedido con el color azul, que aún antes de la concesión del privilegio se habría comenzado a ser utilizar. Su uso resulta muy anterior a la misma proclamación del dogma por parte de Pío IX; por lo que parece,se comenzaría a utilizar en Sevilla al menos a raíz de la polémica entre maculistas e Inmaculistas en el siglo XVII. El primer reconocimiento de la posibilidad de usar este color tendría lugar en 1817, cuando Pío VII concedió su uso a la catedral de Sevilla para la fiesta de la Inmaculada y su octava. En 1879 la Sagrada Congregación de Ritos extendería este permiso a toda la archidiócesis hispalense. Finalmente el doce de febrero de 1883 según decreto promulgado por la Sagrada Congregación de Ritos se concede su uso las diócesis españolas y sus territorios para la solemnidad de la Inmaculada, su octava, y las misas votivas. Desde la supresión de la octava de la Inmaculada ya en el misal promulgado por Juan XXIII en 1962 acorde a las rúbricas de la instrucción Rubricarum instructum, el color azul queda reducido a la solemnidad de la Inmaculada y a las misas votivas de la Inmaculada. Y para las diócesis españolas, según lo que hemos indicado más arriba, cualquier otro uso está prohibido. No pensemos, sin embargo, que es nuestro país el único en el que veremos emplear vestiduras azules. Los antiguos territorios del Reino de Baviera (actual Estado Libre de Baviera) lo tiene concedido para la festividad de Santa María Reina y en Portugal para las fiestas de la Inmaculada y la Asunción. En todo caso, el uso abusivo de este color fuera de las fechas para las que está concedido supone desdibujar su sentido y el origen del privilegio: la devoción multisecular del pueblo español a la Inmaculada y la defensa del dogma. Fue precisamente en la archidiócesis de Sevilla, en el convento de San Antonio de Padua donde se conservarían -según la tradición- los más antiguos ornamentos confeccionados en color azul para celebrar a la Inmaculada.

Y es un color muy a propósito para celebrar este misterio. Es el azul quizá el más inmaterial y profundo de los colores. Recuerda al cielo, al agua, al aire, al cristal; Por eso también se habría usado en la liturgia cristiana medieval durante el tiempo de Pentecostés pues el símbolo del Espíritu Santo es el aire, el más inmaterial de los elementos, pues "Spiritus ubi vult, spirat". El azul intenso quiere expresar de este modo el desapego a los valores mundanos y la ascensión del alma que tiende hacia lo divino, como nos enseña Efrén el Sirio : “Hoy María se ha hecho cielo y ha traído a Dios, porque en Ella ha descendido la excelsa divinidad y ha hecho morada."Por eso, junto al blanco, es el color de la Inmaculada Concepción. Representa ese encuentro del cielo con la tierra en las Virgen ya concebida sin mancha, que anuncia esa fusión del cielo y la tierra, las dos partes del eje cósmico, unidos para acoger esa autocomunicación divina, y así se expresa de manera elocuente que Dios Padre ante la previsión de los méritos de María la haya querido adornar con este singularísimo privilegio.




El tiempo litúrgico de Adviento


Origen y significado


1. El tiempo de Adviento tal y como lo celebramos ahora son las semanas que preceden y preparan la Navidad. "Adviento" significa "venida", por ello en este tiempo nos disponemos para acoger la venida del Mesías. El Adviento, la espera de la venida del Señor, es el primer paso de esta historia anualmente revivida en el Año Litúrgico.

2. Este tiempo tiene un claro origen hispano. En el Concilio de Zaragoza, año 380, se prescribe que los fieles vayan a la iglesia desde el 17 de diciembre hasta la Epifanía para orar y reunirse frecuentemente. Dicha práctica se consolidó en Francia a lo largo del siglo V, cuando Perpetuo de Tours (490) establece un ayuno de tres días a la semana desde San Martín (11 de noviembre) hasta Navidad. Pero el Adviento romano no se fija hasta el siglo VI con los Sacramentarios y Leccionarios que nos han transmitido sus formularios litúrgicos. Curiosamente, cabe destacar que solo en Roma el Adviento fue, desde el principio, una institución litúrgica, mientras que en los demás lugares fueron consideraciones ascéticas lo que constituyó el punto de arranque y las normas de su evolución.

3. El sentido del Adviento Romano queda perfectamente definido en los siglo VI-VII. En primer lugar es, según la concepción de las Galias, un tiempo de preparación a la solemnidad de Navidad, pero también un tiempo de "espera": espera para la Navidad y espera del retorno glorioso del Señor al final del mundo. De este modo, la espera cristiana, halla su expresión espontánea en los textos proféticos inspirados por la espera del Mesías: Isaías y Juan Bautista, las dos grandes voces de la liturgia del Adviento.

4. En este sentido, cabe recordar que el Adviento comienza cuatro domingos antes de la Navidad. El primer domingo miramos hacia la última venida de Cristo; el segundo y tercero, a Juan Bautista; y el cuarto, a María, la Madre de Dios. Aunque también cabe destacar en su estructura dos etapas: Desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre (invitación a prepararnos en la esperanza y en la conversión para la venida del Señor a nuestras vidas); desde el 17 hasta el 24 (más directamente orientada hacia las fiestas de Navidad).


Características y peculiaridades de este tiempo 

1. Palabras que resuenan en Adviento: 

– Emmanuel: Expresión hebrea que significa "Dios con nosotros" (Is 7, 10-14). Signo de la presencia salvadora de Dios en medio del pueblo.

– Marana tha: Expresión aramea = "¡Señor nuestro, ven!". Que las comunidades mantuvieron intacta (1Cor 16,22). Es la expresión del anhelo del retorno de Jesús. Nuestra traducción es "Ven, Señor, Jesús"

– Mesías: Palabra hebrea que significa "ungido". En la antigüedad los reyes, sacerdotes y profetas eran ungidos con aceite como signo de la fuerza de Dios. El Mesías era el "elegido" para liberar al pueblo de Israel. La traducción griega de "Ungido" es "Cristo" y así llama el NT a Jesús. 

– Precursor: Es el que anuncia o prepara algún acontecimiento o venida de alguna persona. Se aplica a Juan el Bautista.

– Profeta: Significa mensajero de Dios, el que habla en nombre de Dios. No es un adivino, aunque a veces predice acontecimientos. Isaías es el más representativo del Adviento.

2. Actitudes: 

– Esperanza: esta es la palabra que más resuena. En dos sentidos: la encarnación y la venida definitiva.

– Disponibilidad: "preparad el camino al Señor" es la consigna de este tiempo, es la llamada que Juan Bautista hacía en el Jordán a todos aquellos que se acercaban.

– Alegría: no tenemos que guardarnos toda para Navidad. El tiempo de "preparación" también es una alegría (ej.: un banquete o una fiesta).

– Oración: la Navidad que nos ofrecen los medios de comunicación social no debe desviar nuestra atención de lo verdaderamente importante, nuestra espera vigilante y oración como preparación a la encarnación del Mesías.

– Paciencia: el Adviento es una invitación a trabajar sin desfallecer, un año más, en espera: "Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Firmes en la fe.

3. Signos del Adviento: 

– Austeridad litúrgica: no se trata de una "cuaresma", sino de una espera gozosa (no se suprime el Aleluya, solo el Gloria). Eso sí, es un tiempo litúrgico austero: color morado, ausencia de flores, etc.

– Corona de adviento: tradición proveniente del norte de Europa pero ya arraigada (no preceptiva). Sentido catequético (4 velas - 4 domingos).

– El Belén: La mejor manera de terminar el Adviento es preparando el Belén. Pero tenemos que tener en cuenta que el "Niño" debemos colocarlo el 24 por la noche (Misa del Gallo) o el mismo 25. 


Repertorio musical en adviento 

1. Importancia del "propio".

– El canto de entrada nos introduce en el Misterio y, en el caso concreto de los cuatro domingos de Adviento, en el tiempo litúrgico que celebramos.

– El Salmo (como de costumbre, no debe ser alterado).

– Aprovechar para cantar los mismo cantos los 4 domingos; reservando un repertorio propio de Adviento que solo se utilice en este tiempo litúrgico.

2. Peculiaridades del "ordinario": 

El gloria es el gran canto de Navidad, por este motivo durante los domingos de Adviento no se canta.

3. Otras cuestiones: 

– El "Ave María" es un canto apropiado para el ofertorio del IV Domingo de Adviento.

– El canto para encender la vela de la Corona de Adviento debe ser adecuado, es decir, que haga referencia y mención al tiempo litúrgico que celebramos.

– Conservar cantos de la tradición. Sería ideal que pudiésemos utilizar en cada tiempo litúrgico un canto de nuestro tesoro musical. En este tiempo, uno de los más conocidos es el Rorate caeli.

– ¿villancicos? Debemos hacer lo posible por NO utilizarlos en nuestras celebraciones litúrgicas hasta el día 25 de diciembre; porque estos son expresión del Misterio que celebramos a partir de ese día. Obviamente debemos cuidar el contenido de los textos.



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