La fiesta litúrgica de Nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno sacerdote que celebramos el jueves siguiente a la Solemnidad de Pentecostes tiene un origen muy español. A continuación encontrarás unos datos históricos de gran valor recogidos por Ramón de la Campa para comprender mejor el origen de esta fiestas así como los textos litúrgicos propios de este día y las Letanías de Cristo Sacerdote.
En noviembre de 1954 García Lahiguera pidió a la Junta General de la Congregación de San Pedro Apóstol de presbíteros seculares de Madrid que se adhiriera a la petición que quería elevar a la Santa Sede con vistas a la institución de la festividad litúrgica de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Acogida con entusiasmo la proposición, fue enviada con el visto bueno del Patriarca de las Indias y Obispo de Madrid Leopoldo Eijo Garay. El propio García Lahiguera lo propuso en 1965, durante el Concilio Vaticano II, cuando se trataba el esquema De Sacerdotis, propuesta que fue rubricada por 194 padres conciliares, entre ellos 5 cardenales.
La Congregación de Oblatas de Cristo Sacerdote empezó a trabajar en la elaboración de los textos eucológicos de la fiesta, que fueron aprobados para su uso el 21 de diciembre de 1971 por la sagrada Congregación para el Culto Divino, y quedan a disposición de las diócesis y congregaciones que soliciten dicha memoria.
En abril de 1972 García Lahiguera, entonces Arzobispo de Valencia, envió una carta a los obispos españoles, adjuntándoles los textos de misa y Oficio, para que se adhirieran a la inclusión de esta festividad en el Calendario Nacional como corolario del próximo Congreso Eucarístico Nacional que se iba a celebrar en Valencia.
Propuesta seguidamente a la reunión permanente de la Conferencia Episcopal Española la aprobación de dicha fiesta para el Propio de España, salió adelante en la Asamblea Plenaria del 5 de julio de 1973, fijándose para el jueves posterior a Pentecostés. El Presidente envió a Roma las correspondientes preces y por rescripto nº 1087/73 de 22 de agosto de 1973 la Sagrada Congregación para el Culto Divino aprobó su inserción en el Calendario Litúrgico Nacional de España con sus textos propios. Se celebró por primera vez en España entera el 6 de junio de 1974. Estos son los textos:
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
SUMO Y ETERNO SACERDOTE
SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Fiesta
Antífona de entrada Hb 7, 24
Cristo, mediador de una nueva alianza, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa.
Se dice Gloria.
Oración colecta
OH, Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano
constituiste a tu Hijo único sumo y eterno Sacerdote,
concede, por la acción del Espíritu Santo,
a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios
la gracia de ser fieles
en el cumplimiento del ministerio recibido.
Por nuestro Señor Jesucristo.
OH, Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano
constituiste a tu Hijo único sumo y eterno Sacerdote,
concede, por la acción del Espíritu Santo,
a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios
la gracia de ser fieles
en el cumplimiento del ministerio recibido.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración sobre las ofrendas
JESUCRISTO, nuestro Mediador,
te haga aceptables estos dones, Señor,
y nos presente juntamente con él
como ofrenda agradable a tus ojos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
te haga aceptables estos dones, Señor,
y nos presente juntamente con él
como ofrenda agradable a tus ojos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio I de las ordenaciones
EL SACERDOCIO DE CRISTO Y EL MINISTERIO DE LOS SACERDOTES
Este prefacio se dice en la misa crismal y en la misa de la fiesta de Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote.
V/. El Señor esté con vosotros. R/.
V/. Levantemos el corazón. R/.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/.
EN verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Que constituiste a tu Unigénito
pontífice de la alianza nueva y eterna
por la unción del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
Él no solo confiere el honor del sacerdocio real
a todo su pueblo santo, sino también, con amor de hermano,
elige a hombres de este pueblo,
para que, por la imposición de las manos,
participen de su sagrada misión.
Ellos renuevan en nombre de Cristo
el sacrificio de la redención,
preparan a tus hijos el banquete pascual,
preceden a tu pueblo santo en el amor,
lo alimentan con tu palabra
y lo fortalecen con los sacramentos.
Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti
y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y han de darte testimonio constante de fidelidad y amor.
Por eso, Señor, nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y con todos los santos, diciendo:
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Que constituiste a tu Unigénito
pontífice de la alianza nueva y eterna
por la unción del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
Él no solo confiere el honor del sacerdocio real
a todo su pueblo santo, sino también, con amor de hermano,
elige a hombres de este pueblo,
para que, por la imposición de las manos,
participen de su sagrada misión.
Ellos renuevan en nombre de Cristo
el sacrificio de la redención,
preparan a tus hijos el banquete pascual,
preceden a tu pueblo santo en el amor,
lo alimentan con tu palabra
y lo fortalecen con los sacramentos.
Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti
y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y han de darte testimonio constante de fidelidad y amor.
Por eso, Señor, nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y con todos los santos, diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor...
Antífona de comunión Mt 28, 20
Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo, dice el Señor.
Oración después de la comunión
LA eucaristía que hemos ofrecido y recibido,
nos dé la vida, Señor,
para que, unidos a ti en caridad perpetua,
demos frutos que siempre permanezcan.
Por Jesucristo nuestro Señor.
nos dé la vida, Señor,
para que, unidos a ti en caridad perpetua,
demos frutos que siempre permanezcan.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Letanías de Cristo Sacerdote
El Papa Juan Pablo II presentó en su 50º aniversario de sacerdocio estas letanías, llenas de contenido bíblico, que solían cantarse en el Seminario de Cracovia, especialmente en la Vigilia que tenía lugar la víspera de cada ordenación sacerdotal. El Papa expresó la profunda impresión que suponía para los seminaristas la oración a Cristo Sacerdote y Víctima, con el cual se iban a identificar mediante la ordenación y cuya oblación iban a compartir en el ejercicio de su ministerio. Las invocaciones están basadas en la carta a los Hebreos, y las peticiones transmiten el anhelo por la santidad de los Ministros ordenados.