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Repertorio para la Vigilia Pascual

Cada celebración litúrgica tiene su propio "repertorio" que encontramos en los libros litúrgicos, en el caso de la Misa en el Leccionario y el Misal; como es muy posible que no todos conozcan las antífonas musicalizadas ofrezco primero los textos litúrgicos que deberían ser cantados y a continuación una posible selección de cantos, los cuales los encontraréis también mensualmente en la Revista Misa Dominical del CPL. Las iniciales corresponden a: MD (Cantoral de Misa Dominical); CLN (Cantoral Litúrgico Nacional); LS (Libro del Salmista); GR (Graduale Romanum).

Partiendo de que el Ordinario de la Misa debe ser siempre el texto oficial (Señor ten piedad, Gloria, Credo, Santo y Cordero de Dios)... me detendré solo en las partes del Propio de la Misa, teniendo en cuenta los textos del Misal y del LeccionarioPara facilitar la accesibilidad a los cantos los enlazaré a youtube, aunque soy consciente que la calidad interpretativa en la gran mayoría de los casos deja mucho que desear.


I. LUCERNARIO

Esta noche es la gran fiesta del año, la que da sentido a nuestra fe. En esta noche santa encendemos el fuego que irrumpe en la oscuridad y da paso a la luz de Jesucristo que nosotros seguimos tomando luz de su luz.


Procesión

El diácono o el sacerdote, elevando el cirio pascual encendido canta en la puerta de la iglesia la aclamación correspondiente que repetirá también en el centro de la iglesia y a los pies del altar:

- Luz de Cristo. Demos gracias a Dios (Misal Romano)




Pregón Pascual

El Pregón Pascual debe ser anunciado por un diácono o un sacerdote; si por necesidad debe ser anunciado por un laico omite las palabras: Por eso, queridos hermanos, hasta el fin de la invitación, y el saludo: El Señor esté con vosotros.

- Pregón Pascual (largo) - Misal Romano

- Pregón Pascual (breve) - Misal Romano


II. LITURGIA DE LA PALABRA


A continuación, serenamente, se escucha la palabra de Dios, que en este día hace un recorrido por toda la historia de la salvación con una estructura fija: Lectura / Salmo responsorial / Oración.

1ª Lect.: Gen 1 - Salmo: Envía tu espíritu, Señor. LS/ MD 135 / CLN D38

2ª Lect.: Gen 22 - Salmo: Protégeme Dios mío que me refugio en ti. LS/ MD 135
3ª Lect.: Ex 14 - Salmo: Cantaré al Señor gloriosa es su victoria. LS/ MD 137
4ª Lect.: Is 54 - Salmo: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. LS/ MD 139 / CLN D41
5ª Lect.: Is 55 - Salmo: Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. LS/ MD 147
6ª Lect.: Bar 3 - Salmo: Señor, tú tienes palabras de vida eterna. LS/ MD 138 / CLN D43
7ª Lect.: Ez 36 - Salmo: Como busca la cierva corrientes de agua. LS/ MD 148


Entre las lecturas del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento se entona el Gloria (siempre con el texto litúrgico) mientras se tañen las campanas, se ilumina la iglesia y se encienden las velas del altar, como si la luz irrumpiese definitivamente en la oscuridad de la noche, porque Cristo ha irrumpido así en la historia. El Gloria nos recuerda ese misterio de la encarnación, finalizado este se canta la Oración Colecta y a continuación se proclama la epístola de san Pablo a los Romanos. 

Acabada la epístola, todos se levantan, y el sacerdote entona solemnemente por tres veces, elevando gradualmente el tono de la voz, el Aleluya pascual.

- Aleluya Pascual (Misal Romano)

Después, el salmista o cantor proclama el salmo 117, y el pueblo intercala Aleluya en cada una de sus estrofas.

Si no se conoce este "Aleluya" que ofrece el Misal, se puede hacer con otro, intercalando los versículos del salmo 117: "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia...". 


Después de la proclamación solemne del Evangelio y de una breve homilía comienza la...

III. LITURGIA BAUTISMAL

La liturgia bautismal es la tercera parte de la Vigilia. La pascua de Cristo y nuestra se celebra ahora en el sacramento. Esto se manifiesta más plenamente en aquellas Iglesias que poseen la fuente bautismal, y más aún cuando tiene lugar la iniciación cristiana de adultos, o al menos el bautismo de niños. Aun en el caso en que no haya bautizos en las iglesias parroquiales se hace la bendición del agua bautismal. Si esta bendición no se hace en la fuente bautismal sino en el presbiterio, el agua bautismal debe ser trasladada después al baptisterio, donde será conservada durante todo el tiempo pascual. Donde no hayan bautizos ni se deba bendecir el agua bautismal, hágase la bendición del agua para la aspersión de la asamblea, a fin de recordar el bautismo.

Carta circular sobre las fiestas pascuales (1988), n. 88.

A la luz de esta aclaración la bendición del agua bautismal y la bendición del agua común son excluyentes. En el primer caso, es decir, de haber bautismos esa noche o durante la cincuentena pascual, se comenzaría con el canto de las Letanías de los santos (Misal Romano). Y en el caso de ir en procesión al baptisterio para realizar el bautismo se puede entonar Vi que manaba agua o un canto similar.

Renovación de las promesas bautismales

Acabado el rito del bautismo, o después de la bendición del agua común, si no hubo bautismos, todos de pie y con las velas encendidas en sus manos renuevan las promesas del bautismo. En este momento se podría cantar las respuestas a los artículos de la fe: Si, creo o en latín Credo, amen.



Aspersión al pueblo

El sacerdote asperja al pueblo con agua bendita, mientras todos cantan:

Antífona
Vi que manaba agua del lado derecho del templo, aleluya.

Y habrá vida dondequiera que llegue la corriente y cantarán:
Aleluya, aleluya.

- Vidi aquam (gregoriano) GR 708 / MD 93-2 / CLN A82 


Se puede cantar otro canto de índole bautismal.

- Un solo señor (L. Deiss) MD 5-1 / CLN 708

IV. LITURGIA EUCARÍSTICA

Ofertorio o presentación de dones

La antífona de ofertorio que propone el Graduale Romanum para esta celebración es:


Pero si el coro tiene cualidades podría interpretar en este momento un motete polifónico; o el organista una obra apropiada. En ambos casos debe ajustarse a la duración del ofertorio y, por supuesto, al contexto celebrativo. 

Comunión

Antífona de comunión  (Cf. 1 Cor 5, 7-8)

Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebremos con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad. Aleluya.


El Graduale Romanum propone también alternar el canto de un aleluya con los versículos del salmo 33: "Gustad y ved qué bueno es el Señor...". 

Si no se conoce ninguna de estas alternativas también se podría entonar un canto pascual:

- Cristo resucitó (Conferencia Episcopal) MD 351-1 / CLN A13 
- El Señor resucitó (T. Aragües) CLN 204; 
- Cantad al Señor (T. Vaquero - J. Herrer) MD 365 / CLN 757.

Finalmente el sacerdote o el diácono despide a la asamblea cantando





* Si alguna persona conoce otras versiones musicalizadas de estos textos litúrgicos puede incluirlas en los comentarios para enriquecer el repertorio.


Repertorio para el Viernes Santo



Cada celebración litúrgica tiene su propio "repertorio" que encontramos en los libros litúrgicos, en el caso de la Misa en el Leccionario y el Misal; como es muy posible que no todos conozcan las antífonas musicalizadas ofrezco primero los textos litúrgicos que deberían ser cantados y a continuación una posible selección de cantos, los cuales los encontraréis también mensualmente en la Revista Misa Dominical del CPL. Las iniciales corresponden a: MD (Cantoral de Misa Dominical); CLN (Cantoral Litúrgico Nacional); LS (Libro del Salmista); GR (Graduale Romanum). 

Tendré presentes los textos del Misal y del Leccionario, y enlazaré los cantos a vídeos de youtube, aunque soy consciente que la calidad interpretativa en la gran mayoría de los casos deja mucho que desear.

El día de Viernes Santo no se celebra la Eucaristía, todo gira entorno a la Palabra y a la adoración de la Cruz. Quizás hoy más que nuca el silencio adquiera un mayor protagonismo, ya que el mismo silencio con el que finalizaba la liturgia del Jueves Santo lo encontramos al inicio de la celebración de la Pasión del Señor, momento en el que todos nos arrodillamos mientras el sacerdote se postra en el suelo frente a un altar completamente desnudo. Comenzando directamente con la Oración Colecta y, a continuación, la Liturgia de la Palabra.

Salmo responsorial


- Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu, LS / MD 134 / CLN D37.

Versículo antes del evangelio


V. Cristo se ha hecho por nosotros obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre. 

- Tanto amó Dios al mundo, MD 157 / CLN D18.

Mostración de la  Santa Cruz




Adoración de la  Santa Cruz

El Misal propone una serie de cantos para este momento:

Antífona
Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos.
Por el madero ha venido la alegría al mundo entero.



Improperios
¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho, en qué te he ofendido? Respóndeme.

- Improperia (gregoriano) GR176


Himno
¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!



Si no se conoce ninguno de estos cantos u otros con el texto litúrgico pero con otra musicalización, siempre se puede entonar un canto que evoque la centralidad de la Cruz de Cristo, como por ejemplo:

- Ved la cruz de salvación, MD 335-1 / CLN 103

La 3ª edición del Misal Romano en español añade esta rúbrica: Teniendo en cuenta las condiciones del lugar y las tradiciones del pueblo, según la oportunidad pastoral, se puede cantar el Stabat Mater, según el Gradual Romano, u otro canto apropiado en memoria de la compasión de la bienaventurada Virgen María.

O si el coro tiene la capacidad de interpretar obras de polifonía clásica puede cantar, entre otros:


Comunión

En este día no se propone una Antífona de comunión propia. La rúbrica del Misal nos indica que se puede cantar el Salmo 21: Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?

Si el coro goza de las cualidades necesarias para interpretar un motete puede utilizar, por ejemplo, Domine Iesu Christe (Melchor Robledo, 1510-1586) u otro similar.

La celebración debe finalizar sin bendición y en silencio.



* Si alguna persona conoce otras versiones musicalizadas de estos textos litúrgicos puede incluirlas en los comentarios para enriquecer este repertorio.






Repertorio para el Jueves Santo



Cada celebración litúrgica tiene su propio "repertorio" que encontramos en los libros litúrgicos, en el caso de la Misa en el Leccionario y el Misal; como es muy posible que no todos conozcan las antífonas musicalizadas ofrezco primero los textos litúrgicos que deberían ser cantados y a continuación una posible selección de cantos, los cuales los encontraréis también mensualmente en la Revista Misa Dominical del CPL. Las iniciales corresponden a: MD (Cantoral de Misa Dominical); CLN (Cantoral Litúrgico Nacional); LS (Libro del Salmista); GR (Graduale Romanum).

Partiendo de que el Ordinario de la Misa debe ser siempre el texto oficial (Señor ten piedad, Gloria, Credo, Santo y Cordero de Dios)... me detendré solo en las partes del Propio de la Misa, teniendo presentes los textos del Misal y del LeccionarioPara facilitar la accesibilidad a los cantos los enlazaré a youtube, aunque soy consciente que la calidad interpretativa en la gran mayoría de los casos deja mucho que desear.


El Jueves Santo es el pórtico del Triduo Pascual, tal y como se indica en el Misal Romano, reuniéndonos para recordar y celebrar la última cena de Jesús con sus discípulos. Su último encuentro con ellos antes de la pasión. Un encuentro que quiere resumir el sentido de todo lo que está a punto de ocurrir: su entrega hasta la muerte; y en el que recordamos: 1) la institución de la Eucaristía; 2) el Sacramento del orden; 3) el mandato del Señor sobre la Caridad fraterna. Este día se canta el Gloria y, mientras, se pueden tañer las campanas, que no volverán a sonar hasta la Solemne Vigilia Pascual. Existe una antigua tradición que después del Gloria el organista cerraba la consola del órgano y este no volvía a sonar hasta el Gloria de la Vigilia Pascual.

Procesión de entrada

Antífona de entrada (Cf. Ga 6, 14)

Nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, vida y resurrección, por él hemos sido salvados y liberados.

- Nos autem (gregoriano) GR 162

Nosotros hemos de gloriarnos (F. Palazón) MD 342 (942) / CLN 163

Salmo responsorial



Versículo antes del evangelio 


Lavatorio de los pies 

El Misal propone para este momento el canto de hasta siete antífonas diferentes:

Antífona 1 - Cf. Jn 13, 4. 5. 15

El Señor, después de levantarse de la Cena, echó agua en la jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos. Éste fue el ejemplo que les dejó.

- Postquam surrexit (gregoriano) GR 164

Antífona 2 - Cf. Jn 13, 12. 13. 15

El Señor Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, les lavó los pies y les dijo: «Comprendéis lo que yo, Señor y Maestro, he hecho con vosotros? Os he dado ejemplo para que vosotros también lo hagáis».

- Dominus Iesus (gregoriano) GR 165

Antífona 3 - Jn 13, 6. 7. 8

R/. Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?
Jesús le contestó: «Si no te lavo los pies, no tienes parte conmigo».
V/. Llegó a Simón Pedro y éste le dice: R/.
V/. «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; pero lo comprenderás más tarde». R/.

- Domine, tu mihi lavas pedes? (gregoriano) GR 165

Antífona 4 - Cf. Jn 13, 14

Si yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, cuánto más vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.

- Si ego Dominus (gregoriano) GR 166

Antífona 5 - Cf. Jn 13, 35

R/. «En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».
V/. Dijo Jesús a sus discípulos: R/.

- In hoc cognoscent omnes (gregoriano) GR 166

Antífona 6 - Cf. Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado, dice el Señor.

- Mandatum novum do vobis (gregoriano) GR 167

Antífona 7 - Cf. 1 Cor 13, 13

Permanezcan en vosotros la fe, la esperanza, el amor, estas tres: la más grande es el amor.

- Maneant in vobis (gregoriano) GR 167



Si no se conoce ninguna de estas antífonas se podría cantar en lugar de la sexta o de la séptima uno de estos cantos:

- Si me falta el amor, CLN 741.

Ofertorio o presentación de dones 

El Misal Romano solo conserva una antífona de ofertorio y es la de la celebración del Jueves Santo, por ello, si algún debemos cantar en el ofertorio es este.


Al comienzo de la liturgia eucarística se puede organizar una procesión de los fieles en la cual, con el pan y el vino, se pueden presentar dones para los pobres. Mientras tanto se canta el siguiente himno u otro canto apropiado.

Ant. Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.


- Donde hay caridad y amor (J. Madurga), MD 179 (779) / CLN O26.

O alguna de las obras polifónicas que se pueden encontrar de polifonía clásica o incluso moderna, por ejemplo: Duruflé, Bartolucci, Rutter, Lauridsen, Gjeilo...

Comunión

La antífona de comunión del día de hoy es eminentemente eucarística: 

Antífona de comunión - Cf. 1 Cor 11, 24-25
Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, dice el Señor; haced esto, cada vez que lo bebáis, en memoria mía.

- En la fracción del pan (A. Taulé) 167 (767) / CLN O5.

Si el coro tiene la capacidad de interpretar obras polifónicas puede cantar, entre otros:
- Hoc Corpus (Melchor Robledo, 1510-1586)

Traslado del Santísimo Sacramento

Tal y como indica la rúbricra del Misal, lo más apropiado durante el traslado del Santísimo  es cantar la primera parte del himno eucarístico *Pange lingua, CLN O2 o Que la lengua humana, MD 164 (764) / CLN O15, O33; y una vez en el lugar de la reserva la última parte *Tamtum ergo o Adorad postrados; si no se conocen estos himnos pueden utilizarse otros cantos de carácter eucarístico como Cantemos al amor de los amores, MD 183 (783) / CLN O8.

La celebración finaliza sin bendición y en silencio.


* Si alguna persona conoce otras versiones musicalizadas de estos textos litúrgicos puede incluirlas en los comentarios para enriquecer este repertorio.



El tiempo litúrgico de Cuaresma y su música

Origen y significado.

Posiblemente, al oír la palabra "Cuaresma", uno empieza a pensar en: ayuno, abstinencia, limosna, penitencia, austeridad, etc.; parece un tiempo triste, sin embargo, debemos aproximarnos a este tiempo litúrgico dejando nuestros prejuicios de lado, haciendo nuestras las palabras del prefacio I de Cuaresma:
Concedes a tus hijos anhelar, año tras año, la celebración de la Pascua, con alegría y conversión de corazón. Para que, dedicados con mayor entrega a la oración y al servicio de los hermanos, lleguemos a ser con mayor plenitud hijos tuyos con la celebración de los sacramentos que nos dan nueva vida.
Sabemos que los primeros cristianos sólo tenían una fiesta: el domingo; sin embargo, las comunidades cristianas pronto coincidieron en el deseo y en la necesidad de celebrar un día al año, con especial solemnidad, la Pascua del Señor. Ese día correspondería, más o menos, con los días de la muerte y resurrección del Señor; y, también, con la Pascua judía, la cual se rige por el calendario lunar. Esta solemne celebración suscitó inmediatamente una preparación, que inicialmente se limitó a lo que ahora conocemos por viernes santo y sábado santo, luego fue una semana, pronto tres, finalmente cuarenta días –haciendo alusión a los cuarenta días del diluvio, a los cuarenta años por el desierto del pueblo de Israel, pero, sobre todo, a los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de ser tentado. Obviamente, en estos 40 días no contamos los domingos, ya que estos jamás tienen un carácter penitencial, por ello no tiene sentido alguno la práctica "pastoral" de imponer la ceniza (propia del miércoles de ceniza) el I Domingo de Cuaresma.
Podemos afirmar que el nacimiento de la Cuaresma tiene lugar durante el siglo IV, según el testimonio de Eusebio (332), y durante ese mismo siglo se consolida tanto en Oriente como en Occidente. La Cuaresma Romana tradicional tiene un triple componente: la preparación pascual de la comunidad cristiana, el catecumenado y la penitencia canónica. 

Características y peculiaridades de este tiempo.

El tiempo de Cuaresma según la Carta Apostólica Mysterii Paschalis de Pablo VI, con la que se aprueban las normas generales del Año Litúrgico y del nuevo Calendario Universal:

27. El tiempo de Cuaresma esta ordenado a la preparación de la celebración de Pascua. En efecto, la liturgia cuaresmal dispone a la celebración del Misterio Pascual, tanto a los catecúmenos, haciéndolos pasar por los diversos grados de la iniciación cristiana, como a los fieles, que recuerdan el bautismo y hacen penitencia.
28. El tiempo de Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, exclusive. Desde el comienzo de Cuaresma hasta la Vigilia Pascual no se dice Aleluya. El miércoles que comienza la Cuaresma, que es en todas partes día de ayuno, se imponen las cenizas.
30. Los domingos de este tiempo se llaman: primer, segundo, tercer, cuarto, quinto, domingo de Cuaresma. El sexto domingo, con el que comienza la Semana Santa, se llama «Domingo de Ramos de la Pasión del Señor».
31. La Semana Santa está destinada a conmemorar la Pasión de Cristo desde su entrada mesiánica en Jerusalén. Durante la mañana del Jueves Santo, el Obispo que concelebra la Misa con su presbiterio, bendice los óleos sagrados y consagra el santo crisma.

A parte de estas características, cabe destacar algunas peculiaridades de este tiempo:

- Miércoles de ceniza: tiene un origen antiguo (s. XII) y se impone diciendo: "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás" (Gn 3,19); o "Conviértete y cree en el Evangelio" (Mc 1,19). Su origen está en las antiguas penitencias medievales, sin embargo sigue vivo su simbolismo: a) condición débil y caduca del hombre; b) condición pecadora; c) oración de súplica al Señor; d) esperanza en la resurrección.
- Austeridad en el espacio litúrgico: ornamentos, flores, música...
- Limosna: es dar de lo nuestro a quien lo necesite, no solo dinero.
- Oración: vivir con más intensidad personal nuestra relación con Dios.
- Ayuno: significa adquirir libertad, tener la voluntad de abstenernos de algo.

¿Música sí o no?

El tiempo de Cuaresma es un tiempo claramente austero. Esto no quiere decir que hagamos desaparecer la música de nuestras celebraciones; pero sí debemos estar atentos –como en todos los tiempos litúrgicos– al repertorio que seleccionamos. Algún criterio fundamental para esta selección debe ser:

- NO se canta el Gloria (excepto en alguna solemnidad, como por ejemplo: san José)
- NO se canta el Aleluya, debe ser sustituido por otra aclamación (ver apéndice del Leccionario)
- NO se debe interpretar música instrumental (excepto el domingo IV de Cuaresma - Laetare). En este tiempo se limita el uso de los instrumentos para sostener el canto.
- El Miércoles de ceniza se podría iniciar la celebración con el canto de la letanía de los santos.
- La oración de los fieles se podría resaltar cantando como respuesta: Kyrie eleison
- El Attende, Domine es típico y modélico como canto cuaresmal. El olvidarlo sería una pérdida; al igual que la antífona mariana Ave Regina Caelorum.
- Un opción recomendable para comunidades más pequeñas es utilizar el mismo canto de entrada durante toda la cuaresma, a continuación incluimos el vídeo de la propuesta de la Conferencia Episcopal Española: ME INVOCARÁ Y LO ESCUCHARÉ.








CECILIA, UNA HISTORIA DE AMOR

Fresco de la bóveda de Sta. Cecilia.
Cecilia, una historia de amor.

En tiempos del Papa Urbano I (siglo III) había una hermosa joven llamada Cecilia, de familia romana pero convertida al cristianismo. Fruto de su gran vida de fe y amor a Dios decidió entregarle su virginidad. Sin embargo, como era costumbre, sus padres le buscaron un hombre adecuado con el que debía casarse. Valeriano. Era un hombre lleno de virtud, pero pagano. Cecilia, pese a todo accedió al deseo de sus padres, pero poco después de la celebración del matrimonio, nuestra hermosa joven, armada de valor le dijo a Valeriano: 

– Debo comunicarte un secreto: he entregado mi virginidad a Dios y un ángel del Señor vela por mí.
   Ante esto, Valeriano se mostró escéptico, así que le dijo a Cecilia: 
– Si quieres que respete tu consagración virginal haz que yo también vea a ese ángel del Señor. De este modo haré lo que me pidas. 
   Cecilia, astuta, le dijo: 
– Si crees en el Dios verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel del Señor que me custodia.

Valeriano, profundamente enamorado de Cecilia, fue bautizado por el Papa Urbano I y cuando regresó como cristiano a casa...

Himno a San Martín

El 11 de noviembre se celebra San Martín de Tours (316-397). Su vida fue narrada por un hagiógrafo contemporáneo, Sulpicio Severo. Se le recuerda particularmente por el relato según el cual usó su espada para cortar la capa que llevaba puesta en dos para darle la mitad a un mendigo que estaba casi desnudo en pleno invierno. Su santuario en la ciudad de Tours se convirtió en un punto de parada famoso para los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela (España). El culto a Martín de Tours se extendió desde Francia a la Península Ibérica y, muy en especial, en Galicia, donde numerosas parroquias lo tienen como patrono: san Martín o san Martiño.

Comparto con vosotros el Himno a San Martín que tuve ocasión de componer para el Seminario Mayor de Santiago de Compostela, ubicado en el antiguo Monasterio benedictino de San Martín Pinario del siglo XII. 


Martín, varón apostólico, 
por tu abrazo a Jesús mendigo
ábrenos al misterio de la caridad.
Gloria a Martín, fiel protector.

En mitad de la vida,
en el medio del camino,
Cristo cambia tu vestido
por tu razón de vivir.

El pastor de pastores 
en ti graba su llamada,
tanto que en la encrucijada 
sólo el morir es vivir.

Fiel soldado de Cristo, 
a quien todos veneramos
muéstranos que los cristianos
vencen a fuerza de amar.



Sagrado Corazón de Jesús


Desde los primeros siglos del cristianismos se ha tenido devoción al corazón herido de Jesús. En san Agustín,  san Ambrosio, san Juan Crisóstomo encontramos textos que se refieren a la sagrada llaga del costado de Jesús, a la sangre y agua que brotaron de su corazón, de donde recibimos los sacramentos. Siglos más tarde se siguen encontrando  numerosas referencias al Corazón y las llagas de Cristo: San Bernardo de Claraval, Santa Clara, San Buenaventura, Santa Gertrudis, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila, San Francisco de Sales, Santa Juana de Chantal, etc.


Sin embargo, la devoción al Corazón de Jesús como la conocemos hoy tiene su origen en las revelaciones místicas que Santa Margarita María Alacoque comenzó a experimentar en Paray-le-Monial (Francia) desde 1673 hasta su muerte en 1690. Se considera que fueron cuatro las principales apariciones que dieron a conocer a la religiosa la trascendencia de la devoción al Sagrado Corazón. La principal fue la que ocurrió el 27 de junio de 1673, en que por primera vez se le apareció el Salvador y le mostró su Corazón rodeado de llamas, circundado de espinas, rematado por una cruz y con la llaga del golpe de la lanza.

Entre los primeros difusores del culto se destacan san Claudio de la Colombière, director espiritual de la Santa, y los Padres Juan Croisset y José de Galliffe, que escribieron los primeros tratados sobre aquella devoción. Desde el principio fue una devoción muy ligada a la Compañía de Jesús aunque otras congregaciones religiosas desde ese tiempo adoptaron la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Estas son las promesas que Jesús hizo a Santa Margarita de Alacoque y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón:

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en sus penas.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Bendeciré las casa en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
7. Los pecadores hallarán en mi corazón misericordia.
8. Las almas tibias se volverán fervorosas.
9. Los almas fervorosas se elevarán a gran perfección.
10. Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de él.
12. Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo.

     Tres son las condiciones para obtener esta gracia:

1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.
2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús se hizo popular después de la muerte de Santa Margarita María en 1690. Sin embargo, debido a que la Iglesia siempre es cuidadosa en aprobar una aparición o devoción privada, la fiesta no se estableció como oficial en toda Francia hasta 1765. Y el 8 de mayo de 1873 la devoción al Sagrado Corazón fue formalmente aprobada por el Papa Pío IX. El 21 de julio de 1899 el papa León XIII recomendó urgentemente que todos los obispos del mundo observaran la fiesta en sus diócesis.

En España el padre Bernardo de Hoyos S.J. (1711-1735) fue el principal apóstol de la devoción al Sagrado Corazón, el cual recibió la revelación de la Gran Promesa: Reinaré en España, y con más veneración que entras muchas partes.

Durante el siglo XX la devoción al Corazón de Jesús se extendió mucho más. En España, durante el proceso de beatificación de Bernardo de Hoyos, fue aprobada la construcción de un santuario al Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles, lugar donde toda España se consagró al Corazón de Jesús en 1919. Pero tampoco podemos olvidar la construcción del Templo Nacional Expiatorio dedicado al Sagrado Corazón en la colina del Tibidago en Barcelona), al igual que en Italia el Sacro Cuore de Roma o  en Francia el Sacre-Coeur de París. Por otra parte, en Portugal se dieron las apariciones de Fátima (1917), en las que el ángel y la Virgen enseñaron a los niños a rezar y responder a los designios de los Corazones de Jesús y María. En Polonia, Faustina Kowalska (+1938) tiene unas revelaciones místicas en donde Jesús le comunicó que deseaba derramar la misericordia de Su Corazón sobre toda la humanidad.

De este modo y en pocos siglos la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se ha extendido por el mundo entero. Es una llamada constante a entregar la vida por el Reino a imitación de Cristo, que nos amó hasta el extremo entregando su propia vida por la salvación del mundo.


Viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 

Solemnidad

Antífona de entrada           Sal 32, 11. 19
Los proyectos de su Corazón subsisten de edad en edad, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.

Se dice Gloria.

Oración colecta
DIOS todopoderoso,
concede a quienes,
alegrándonos en el Corazón de tu Hijo amado,
recordamos los inmensos beneficios de su amor hacia nosotros,
merecer recibir una inagotable abundancia de gracia
de aquella fuente celestial de los dones.
Por nuestro Señor Jesucristo.

     O bien:

OH, Dios, que en el Corazón de tu Hijo,
herido por nuestros pecados,
te has dignado regalamos misericordiosamente
infinitos tesoros de amor,
te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestra piedad,
manifestemos también una conveniente reparación.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Se dice Credo.
Oración sobre las ofrendas
MIRA, Señor, el inefable amor
del Corazón de tu Hijo predilecto
 para que los dones que te presentamos
sean ofrenda aceptable a ti y expiación de nuestras culpas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

EL INMENSO AMOR DE CRISTO

EN verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

El cual, con amor admirable, se entregó por nosotros
y, elevado sobre la cruz,
hizo que de la herida de su costado
brotaran, con el agua y la sangre,
los sacramentos de la Iglesia,
para que así,
acercándose al Corazón abierto del Salvador,
todos puedan beber siempre con gozo
de las fuentes de la salvación.

Por eso,
con los santos
y con todos los ángeles,
te glorificamos diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo... 




Antífona de comunión          Cf. Jn 7, 37-38
Dice el Señor: «El que tenga sed que venga a mí, y que beba el que cree en mí: de sus entrañas manarán ríos de agua viva».

O bien:          Jn 19, 34
Uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

Oración después de la comunión
SEÑOR, que el sacramento de la caridad
encienda en nosotros el fuego del amor santo
por el que, cautivados siempre por tu Hijo,
aprendamos a reconocerle en los hermanos.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.


Veni, Sancte Spiritus

En la liturgia del "Domingo de Pentecostés" (cincuenta días después del Domingo de Pascua) hacemos memoria de lo narrado al comienzo del capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles: Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo sitio, y de repente sonó desde el cielo un fragor como de viento que irrumpe impetuoso, y llenó toda la casa donde estaban; y se les dejaron ver unas lenguas como de fuego, que se iban repartiendo y se posaron sobre cada uno de ellos, y todos se llenaron de Espíritu Santo.

Esta celebración tiene una "peculiaridad" musical, la secuencia Veni, Sancte Spiritus. En otras ocasiones hemos hablado de las cinco secuencias que después de la reforma litúrgica han permanecido en nuestras celebraciones; por eso hoy me gustaría destacar también este hermoso texto de carácter lírico del siglo XII que se introduce en la liturgia de la Palabra y en el que la Iglesia invoca y pide la asistencia del Espíritu Santo. Esta secuencia, aún no siendo obligatoria, si se dispone de los medios necesarios, debería ser cantada antes del aleluya y de la proclamación del evangelio.


A lo largo de la historia se han hecho sobre el mismo texto - a veces con algunas licencias - nuevas composiciones musicales. En el siglo XVI, Orlando di Lasso, uno de los grandes polifonistas del Renacimiento musicalizaba el poema Veni, Sancte Spiritus de un modo muy característico de su época, polifonía a capella  en continua sucesión de fugas.


W. A. Mozart, en el siglo XVIII realizaba una magnífica obra para coro a cuatro voces y orquesta, en la que se reconoce al autor perfectamente desde el primer acorde de la orquesta. El "Aleluya. Amén" (presto) del final no deja indiferente a nadie.


Pero uno se puede preguntar: ¿y qué se hace hoy? En muchas parroquias sencillamente se lee, en otras se musicaliza el texto en castellano o en la lengua de cada región... pero en otros lugares que tienen más medios y sobre todo la voluntad de hacer una liturgia solemne, bella y participativa intentan transmitir con la música y el canto el "fuego del Espíritu" con una perfecta armonía en diálogo: órgano, coro polifónico y asamblea. 







(Leer texto de la secuencia y su traducción)

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