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Repertorio para el Jueves Santo



Cada celebración litúrgica tiene su propio "repertorio" que encontramos en los libros litúrgicos, en el caso de la Misa en el Leccionario y el Misal; como es muy posible que no todos conozcan las antífonas musicalizadas ofrezco primero los textos litúrgicos que deberían ser cantados y a continuación una posible selección de cantos, los cuales los encontraréis también mensualmente en la Revista Misa Dominical del CPL. Las iniciales corresponden a: MD (Cantoral de Misa Dominical); CLN (Cantoral Litúrgico Nacional); LS (Libro del Salmista); GR (Graduale Romanum).

Partiendo de que el Ordinario de la Misa debe ser siempre el texto oficial (Señor ten piedad, Gloria, Credo, Santo y Cordero de Dios)... me detendré solo en las partes del Propio de la Misa, teniendo presentes los textos del Misal y del LeccionarioPara facilitar la accesibilidad a los cantos los enlazaré a youtube, aunque soy consciente que la calidad interpretativa en la gran mayoría de los casos deja mucho que desear.


El Jueves Santo es el pórtico del Triduo Pascual, tal y como se indica en el Misal Romano, reuniéndonos para recordar y celebrar la última cena de Jesús con sus discípulos. Su último encuentro con ellos antes de la pasión. Un encuentro que quiere resumir el sentido de todo lo que está a punto de ocurrir: su entrega hasta la muerte; y en el que recordamos: 1) la institución de la Eucaristía; 2) el Sacramento del orden; 3) el mandato del Señor sobre la Caridad fraterna. Este día se canta el Gloria y, mientras, se pueden tañer las campanas, que no volverán a sonar hasta la Solemne Vigilia Pascual. Existe una antigua tradición que después del Gloria el organista cerraba la consola del órgano y este no volvía a sonar hasta el Gloria de la Vigilia Pascual.

Procesión de entrada

Antífona de entrada (Cf. Ga 6, 14)

Nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, vida y resurrección, por él hemos sido salvados y liberados.

- Nos autem (gregoriano) GR 162

Nosotros hemos de gloriarnos (F. Palazón) MD 342 (942) / CLN 163

Salmo responsorial



Versículo antes del evangelio 


Lavatorio de los pies 

El Misal propone para este momento el canto de hasta siete antífonas diferentes:

Antífona 1 - Cf. Jn 13, 4. 5. 15

El Señor, después de levantarse de la Cena, echó agua en la jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos. Éste fue el ejemplo que les dejó.

- Postquam surrexit (gregoriano) GR 164

Antífona 2 - Cf. Jn 13, 12. 13. 15

El Señor Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, les lavó los pies y les dijo: «Comprendéis lo que yo, Señor y Maestro, he hecho con vosotros? Os he dado ejemplo para que vosotros también lo hagáis».

- Dominus Iesus (gregoriano) GR 165

Antífona 3 - Jn 13, 6. 7. 8

R/. Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?
Jesús le contestó: «Si no te lavo los pies, no tienes parte conmigo».
V/. Llegó a Simón Pedro y éste le dice: R/.
V/. «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; pero lo comprenderás más tarde». R/.

- Domine, tu mihi lavas pedes? (gregoriano) GR 165

Antífona 4 - Cf. Jn 13, 14

Si yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, cuánto más vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.

- Si ego Dominus (gregoriano) GR 166

Antífona 5 - Cf. Jn 13, 35

R/. «En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».
V/. Dijo Jesús a sus discípulos: R/.

- In hoc cognoscent omnes (gregoriano) GR 166

Antífona 6 - Cf. Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado, dice el Señor.

- Mandatum novum do vobis (gregoriano) GR 167

Antífona 7 - Cf. 1 Cor 13, 13

Permanezcan en vosotros la fe, la esperanza, el amor, estas tres: la más grande es el amor.

- Maneant in vobis (gregoriano) GR 167



Si no se conoce ninguna de estas antífonas se podría cantar en lugar de la sexta o de la séptima uno de estos cantos:

- Si me falta el amor, CLN 741.

Ofertorio o presentación de dones 

El Misal Romano solo conserva una antífona de ofertorio y es la de la celebración del Jueves Santo, por ello, si algún debemos cantar en el ofertorio es este.


Al comienzo de la liturgia eucarística se puede organizar una procesión de los fieles en la cual, con el pan y el vino, se pueden presentar dones para los pobres. Mientras tanto se canta el siguiente himno u otro canto apropiado.

Ant. Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.


- Donde hay caridad y amor (J. Madurga), MD 179 (779) / CLN O26.

O alguna de las obras polifónicas que se pueden encontrar de polifonía clásica o incluso moderna, por ejemplo: Duruflé, Bartolucci, Rutter, Lauridsen, Gjeilo...

Comunión

La antífona de comunión del día de hoy es eminentemente eucarística: 

Antífona de comunión - Cf. 1 Cor 11, 24-25
Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, dice el Señor; haced esto, cada vez que lo bebáis, en memoria mía.

- En la fracción del pan (A. Taulé) 167 (767) / CLN O5.

Si el coro tiene la capacidad de interpretar obras polifónicas puede cantar, entre otros:
- Hoc Corpus (Melchor Robledo, 1510-1586)

Traslado del Santísimo Sacramento

Tal y como indica la rúbricra del Misal, lo más apropiado durante el traslado del Santísimo  es cantar la primera parte del himno eucarístico *Pange lingua, CLN O2 o Que la lengua humana, MD 164 (764) / CLN O15, O33; y una vez en el lugar de la reserva la última parte *Tamtum ergo o Adorad postrados; si no se conocen estos himnos pueden utilizarse otros cantos de carácter eucarístico como Cantemos al amor de los amores, MD 183 (783) / CLN O8.

La celebración finaliza sin bendición y en silencio.


* Si alguna persona conoce otras versiones musicalizadas de estos textos litúrgicos puede incluirlas en los comentarios para enriquecer este repertorio.



Ubi Caritas - Jueves Santo


En la celebración de la Cena del Señor en Jueves Santo encontramos una de las excepciones más curiosas del Misal Romano. Podríamos titular este post con un título más sugerente como: Los secretos que esconde el "ubi caritas".

Durante el Concilio Vaticano II se crearon dos grupos diferentes para la configuración de los nuevos libros litúrgicos: por una parte un grupo de expertos liturgistas y, por otra, de músicos consagrados. El fruto fue que los liturgistas optaron por suprimir las antífonas de ofertorio que hasta el momento figuraban en el Misal, materializando así la menor importancia de este momento litúrgico en comparación con el antiguo rito. Sin embargo, los músicos optaron por conservar la tradición musical de las antífonas de ofertorio, de ahí que se conserven en los libros para el canto de la Misa que nacieron de la reforma: Graduale Romanum, Graduale Simplex y Graduale Triplex. Esto, con el paso del tiempo, ha creado un extraño vacío en los repertorios en lengua vernácula para el ofertorio, ya que en el Misal de cada país ya no encontramos los textos que se deben cantar, teniendo como única referencia el Graduale o en el Ordo Cantus Missae.

Dicho esto, el Jueves Santo es la excepción, ya que se ha incluido la antífona Ubi caritas como propia para el ofertorio de esta celebración. Hasta la reforma litúrgica del Vaticano II estaba previsto su canto para el lavatorio de los pies, junto con otras siete antífonas propuestas; sin embargo, tras la reforma encontramos esta antífona como única y propia del ofertorio de Jueves Santo.

También es significativo que esta antífona compuesta por un autor anónimo italiano entorno a los siglos IX-X se ha popularizado con el texto: Ubi caritas et amor, Deus ibi est (don hay caridad y amor, allí está Dios); sin embargo, tras la reforma ya mencionada, se optó por la versión: Ubi caritas est vera, Deus ibi est (Donde la caridad es verdadera, allí está Dios) a tenor de lo establecido en Sacrosanctum Concilium 117 de realizar ediciones críticas de los libros de canto gregoriano. De este modo se ponen de relieve las fuentes más antiguas y se destaca de algún modo que para los cristianos la caridad y el amor son lo mismo, pero esta caridad/amor debe ser verdadera para encontrar en ella a Dios... y de este modo se ha cantado durante siglos.




Una de las versiones más conocidas en la historia de la música sobre el texto y la melodía del Ubi caritas es la que en los años 60 ofreció Maurice Duruflé dentro de sus Quatre motets sur des Thèmes Grégoriens entre los que se encuentra esta joya:



La versión propuesta tras la Reforma del Vaticano II de sustituir "et amor" por "est vera" no tuvo un gran recorrido, y esto se observa en las versiones polifónicas más recientes en las que seguimos  encontrando el texto: Ubi caritas et amor, Deus ibi est.

Ubi caritas, Jaques Berthier (Francia, 1923-1994)



Ubi caritas, Morten Lauridsen (Estados Unidos, 1943)



Ubi caritas, Antonio Parisi (Italia, 1947)



Ubi caritas, Ivo Antognini (Suiza, 1963)



Ubi caritas, Paul Mealor (Reino Unido, 1975)



Ubi caritas, Ola Gjeilo (Noruega, 1978)





*Si crees que se puede incluir alguna obra interesante... inclúyela en los comentarios!!!



Jueves Santo - Misa de la Cena del Señor

El Jueves Santo, con la celebración de la Cena del Señor, da comienzo el Santo Triduo Pascual. En esta celebración se hace memoria de la última cena de Jesús con sus discípulos; un último encuentro antes de su Pasión y que dará sentido a todo lo que está a punto de acontecer: su entrega hasta la muerte, y una muerte de Cruz. Tal día como hoy son tres los elementos que vertebran la liturgia de Jueves Santo: la institución de la Eucaristía; el Sacramento del orden y el mandato del Señor sobre la caridad fraterna.

La celebración solemne de la Cena del Señor debe comenzar con el sagrario vacío y con un canto de entrada apropiado al misterio que celebramos, donde se ponga de relieve la entrega de Jesús hasta la muerte*. Este día se canta el Gloria y, mientras, se pueden tañer las campanas, que no volverán a sonar hasta la Solemne Vigilia Pascual. Existe una antigua tradición que después del Gloria el organista cerraba la consola del órgano y este no volvía a sonar hasta el Gloria de la Vigilia Pascual.

En la liturgia de la Palabra se nos hará revivir los acontecimientos del cenáculo: la 1ª lectura, del libro del Éxodo, versa sobre las prescripciones para el pueblo de Israel sobre la cena pascual; La antífona del salmo responsorial: "El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo" (cf. 1Cor 10,16) establece un puente entre el Antiguo Testamento y el Nuevo testamento, ya que aquellas la copa que se bendecía en la cena pascual ahora adquiere un nuevo sentido con el sacrificio de Cristo en la cruz. La 2ª lectura, de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios, actualiza la cena pascual evocando el relato de la institución de la Eucaristía. Por último, el evangelio de Juan nos narra el pasaje del lavatorio de los pies a los discípulos. 

Después de la homilía, en consonancia con el texto evangélico proclamado se realiza (aunque no es preceptivo) el lavatorio de los pies mientras se puede cantar una, o varias, de las antífonas que propone el Misal, siendo la primera: Os doy un mandato nuevo. Este gesto simboliza la llamada de Jesús a poner la vida al servicio de los demás. Prosigue la liturgia eucarística, y es el único caso en el que el Misal Romano conserva la antífona de ofertorio: Ubi caritas (Tr.: Donde hay caridad). 

La misa sigue como de costumbre, pero con el conocimiento de que conmemoramos el aniversario de la institución de la Eucaristía: haced esto en conmemoración mía. A continuación de la oración de poscomunión, se inciensa el Santísimo que permanece sobre el altar y, seguidamente, se traslada al lugar de la reserva cantando el Pange lingua (Que la lengua humana); una vez allí se vuelve a incensar mientras se canta el Tamtum ergo (Adorad postrados). El sacerdote se retira en silencio y sin bendecir al pueblo.

Finalizada la procesión al lugar de la reserva el celebrante u otros ministros desnudan el altar. No se trata de una cuestión práctica por el mero hecho de que al día siguiente no se celebrará la Santa Misa, sino que tiene un componente simbólico único ya que el altar representa a Cristo. Por ello antiguamente este gesto se acompañaba recitando la antífona recitada: Dívidunt sibi vestimenta mea, et de veste mea mittunt sortem (Tr.: Se reparten mis vestiduras y mi túnica la echan a suertes) seguida del salmo 21: Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado.

La hora santa

En esta noche la Iglesia anima a los fieles a acompañar al Señor en oración. Jesús fue con sus discípulos al huerto de Getsemaní para orar, esperando la hora que viniesen a prenderlo. En ese momento de agonía pronunció estas palabras: "Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". En este momento trágico sus discípulos se quedaron dormidos... hoy, nosotros, discípulos de Cristo, tenemos la ocasión de acompañar al Señor durante la tradicional Hora santa

* Pincha AQUÍ para conocer el repertorio musical completo para el Jueves Santo




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