 Una de las iglesias más famosas de París es la Iglesia de Saint Sulpice, y no, no lo es porque aparezca en una novela de Dan Brown (El Código Da Vinci). Esta iglesia, de importantes dimensiones, cuenta con numerosas "joyas" en su interior: pinturas de Delacroix (1798-1863), una hermosísima imagen de la Virgen de J. B. Pigalle (1714-1785) e incluso la sacristía contiene muebles de estilo Luis XV. Pero, sin duda, uno de los grandes atractivos de este lugar es el gran órgano Cavaillé-Coll situado sobre la puerta principal del templo.
Una de las iglesias más famosas de París es la Iglesia de Saint Sulpice, y no, no lo es porque aparezca en una novela de Dan Brown (El Código Da Vinci). Esta iglesia, de importantes dimensiones, cuenta con numerosas "joyas" en su interior: pinturas de Delacroix (1798-1863), una hermosísima imagen de la Virgen de J. B. Pigalle (1714-1785) e incluso la sacristía contiene muebles de estilo Luis XV. Pero, sin duda, uno de los grandes atractivos de este lugar es el gran órgano Cavaillé-Coll situado sobre la puerta principal del templo. 
Aprovechando mi estancia en la "Ciudad de la Luz" he decidido conocer las realidades "músico-litúrgicas" de las grandes iglesias de París, así que este domingo he ido a concelebrar a esta iglesia donde los Prêtres de Saint Sulpice (PSS) - así se llama esta Sociedad de sacerdotes de vida común pero sin votos - me han acogido gentilmente.
Participé en la misa solemne, a las 10:30 de la mañana. Cuando llegué, un joven estaba en la sacristía ordenando los cantos de la celebración en una carpeta: el ordinario en latín y el propio en francés. Estas partes las acompañaría el organista de coro, que tocaba otro Cavaillé-Coll situado detrás del presbiterio (pequeño, sí, pero ya le gustaría tener uno así a muchas catedrales). En otros momentos de la liturgia en el que el órgano tenía un papel más relevante tocaban el gran órgano, es decir, había dos organistas que intervenían simultáneamente en la misma celebración. Ha sido una experiencia muy interesante. 
Prelude (10h15): Praeludium en do majeur - G. Böhm. Offertoire: Chaconne en fa mineur - J. Pachelbel. Communion: Choral "Notre Père" - A. Guilmant. Postlude: Scherzo - Sonate 5 - A. Guilmant. Audition: Choral "Ce que Dieu fait es bien fait" - A. Guilmant y Pièce en mi bémol majeur - C. Franck. Así da gusto!
Al finalizar la celebración tuve ocasión de estar con Daniel Roth y ver el gran órgano de Saint Sulpice. Una experiencia increíble estar en la consola en la que antes se sentaron organistas de la talla de Widor, Dupré o el mismo Roth allí presente.
El domingo es un día perfecto para dar gloria a Dios con estas "armonías celestiales".
 

 
 
Ojalá pudiese tener uno así en mi casa. Mis vecinos disfrutarían P
ResponderEliminarQué suerte tienes, Oscar.
Pues sí, una verdadera suerte poder conocer en persona D. Roth y estar en uno de los órganos más famosos de París.
ResponderEliminarUn saludo.