Publicado en Atlántico Diario (28.02.2013)
En el día de ayer cerca de doscientas mil personas abarrotaron la Plaza de San Pedro y sus inmediaciones. Eran muchos los que esperaban al Papa desde primera hora de la mañana para mostrarle su afecto y estar presentes en un acontecimiento histórico, su última audiencia. Benedicto XVI no defraudó, es más, mantuvo el listón en lo más alto hasta el último momento.
En el día de ayer cerca de doscientas mil personas abarrotaron la Plaza de San Pedro y sus inmediaciones. Eran muchos los que esperaban al Papa desde primera hora de la mañana para mostrarle su afecto y estar presentes en un acontecimiento histórico, su última audiencia. Benedicto XVI no defraudó, es más, mantuvo el listón en lo más alto hasta el último momento.
La multitud aplaudió durante veinticinco minutos durante el lento trayecto que realizó en papamóvil por la plaza hasta llegar al atrio de la Basílica de San Pedro. Allí, con la perspectiva de una plaza abarrotada de personas, sonrió y agradeció con rostro emocionado la masiva afluencia de fieles para acompañarlo en ese último momento de su pontificado.
Reconoció que durante los últimos ocho años nunca se había sentido sólo pese a los temporales que azotaron la barca de Pedro, modo hermoso para referirse a los malos momento que le tocó gestionar en la Iglesia. Tenía la compañía del Señor y –como Pedro la de los Apóstoles– la de sus colaboradores. Ante estas adversidades él respondió siempre con fe. Compartió con todos los presentes que él había iniciado su pontificado confiando en el Señor, consciente de que estaba haciendo su voluntad y decidiendo no buscar su beneficio personal, sino el bien de la Iglesia, y ahora ha renunciado poniendo, una vez más, su total confianza en Dios. En los días que corren, estas palabras pueden hacer estremecer a más de uno; hablar de fe, de renuncia, de apartarse del mundo… no es lo que se estila, esto sólo lo hacen los grandes. Como dijo Benedicto XVI: “no abandono la Cruz, permanezco de un nuevo modo delante del Señor Crucificado”; al decir esto la plaza rompió a aplaudir de emoción porque un hombre inteligente y de Dios se estaba despidiendo con toda la paz del mundo.
En este clima instó a todos los creyentes a hacerse presentes en la sociedad como Iglesia viva, como cuerpo vivo y activo, no sólo como miembros de una institución histórica. Esta llamada era una llamada al compromiso –como lo hizo en el Angelus del domingo pasado– desde la oración. En esta clave espiritual también invitó a orar por los cardenales que tendrán sobre sí la responsabilidad de elegir al nuevo sucesor de Pedro.
En sus últimas palabras, recordó que los católicos estamos viviendo el Año de la Fe (convocado por él mismo) y que desde esta convicción –la fe en Cristo– nunca estaremos solos porque “Dios está siempre presente entre nosotros, no nos abandona”.
Hoy es uno de esos días en los que uno no acaba de creerse lo que está sucediendo. Se trata de un momento histórico: el Papa ha renunciado y a partir de las 20:00 comenzará la Sede Vacante.
Oscar Valado
Roma, 28 de febrero de 2013
Buenos días don Óscar.Muy certero en el análisis:"él había iniciado su pontificado confiando en el Señor, consciente de que estaba haciendo su voluntad y decidiendo no buscar su beneficio personal, sino el bien de la Iglesia, y ahora ha renunciado poniendo, una vez más, su total confianza en Dios". Coincido en la sensación que causa esta novedad.Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir tu comentario. Un fuerte abrazo.
EliminarAcá en México estábamos también acompañando al Papa. En mi seminario no nos perdimos la emisión por televisión.
ResponderEliminarYo creo que ahora lo que nos toca es rezar mucho por los cardenales que van al Cónclave y seguir en el año de la fe con mucho ánimo y amor a Jesucristo.
Estamos en la oración:
H. Mario García, LC
Te recomiendo esta página, donde puedes "adoptar" una cardenal. www.adoptacardinal.org
Conozco la página.
EliminarPues sí, ahora toca rezar... y rezar mucho!
Muchas gracias por el comentario.
In Domino.
Dn Oscar: Me encanto el comentario. Realmente estmos ante un santo de verdad. Creo que nos esta ayudando a todos a ser mejores. La renuncia del Papa, nos esta diciendo tantas cosas, que ojala Dios nos conceda la gracia de poder asimilar toda la grandeza de esta hora historica. Gracias y un fuerte abrazo. sms
ResponderEliminarLa verdad es que sí, es un momento histórico y también un tiempo de gracia. Todo esto será para bien, no me cabe la menor duda.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias por tu comentario.