Tal día como hoy muchos estábamos viviendo la maravillosa "resaca" de la visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela. Me permito plagiarme a mi mismo y comparto con vosotros un articulillo que escribí por petición de D. Casimiro (Párroco de Mugardos y Mehá) sobre mi experiencia como diácono en aquella inolvidable celebración.
El Papa, la Palabra y un diácono.
Con este título… ¿qué cabe esperar de este breve
artículo? ¿será el título de un cuento? ¿será un juego de palabras?
Posiblemente sea lo uno y lo otro.
“El
Papa”, seguro que todos lo conocen, incluso los más alejados. “La Palabra”,
referido a la “Palabra de Dios” es una expresión para todos familiar; pero “un
diácono” quizás sea el término más desconocido de estos tres. Por eso, me
detendré un instante en él. Un diácono (servidor) es un varón que participa del Sacramento del Orden por la imposición de manos de un obispo, recibiendo un ministerio ordenado; se identifica porque viste la estola cruzada sobre el pecho en diagonal hasta la cintura y no sobre los hombros, como habitualmente la visten los sacerdotes. Entre sus funciones están
las de bendecir, bautizar, presidir el sacramento del matrimonio… pero sobre
todo, estar al servicio de la Palabra, es decir, proclamarla al Pueblo de Dios
y predicarla. Es decir, estar al servicio de Jesucristo, proclamarlo al Pueblo
de Dios y Predicarlo; así es, la Palabra es Jesucristo, ya nos lo decía el
evangelista san Juan al comienzo de su Evangelio: “al principio era la Palabra
y la Palabra era Dios” (Jn 1,1).
Sin
duda, una imagen vale más que mil palabras…Yo soy diácono, un sencillo diácono, indigno de un don tan
generoso, pero el Señor ha querido que viviese un hermoso cuento… la gran
suerte de ejercer mi ministerio de proclamar la Palabra de Dios el día 6 de
noviembre de 2010 en la Plaza del Obradoiro en la celebración que presidió S.S.
Benedicto XVI. De este modo, quizás comiencen a comprender el porqué de este
título.
En
los años de formación en el seminario la Palabra de Dios está muy presente: en
la liturgia, en la oración, en el ámbito académico, etc. Pero, en ocasiones, un
hecho extraordinario te hace valorar más lo ordinario.
Cuando
vi la foto que ustedes están viendo ahora me pareció muy significativa porque
el centro no es el Papa, ni si quiera el “diácono”, el centro es la Palabra
(Jesucristo) que la Iglesia, representada en el Papa, le entrega a un diácono
para que la proclame al Pueblo de Dios y así ejerza su ministerio. De este
modo, se puede entender la relación jerárquica existente entre el Papa, sucesor
de Pedro, y sus colaboradores. Uno puede percibir en la mirada humilde de su
Pastor las palabras del Señor: “ya no os llamo siervos […] a vosotros os llamo
amigos” (Lc 15,15). Eso es lo que experimenté yo, una mirada penetrante, dócil,
amable y cariñosa que no me ha dejado indiferente; más bien todo lo contrario, me
ayuda a vivir con mayor ilusión esas palabras que nos ha dirigido a los
diáconos y sacerdotes en su última Exhortación Apostólica Verbum Domini: “quienes por
ministerio específico están encargados de la predicación han de tomarse muy en
serio esta tarea […] Debe quedar claro a los fieles que lo que interesa al
predicador es mostrar a Cristo, que tiene que ser el centro de toda predicación”.
(Verbum Domini 59).
Que todos podamos experimentar esta necesidad, que Cristo sea el centro de nuestra vida.
Gracias Oscar! Me encanta esta foto y ahora mas! Gracias por compartir con todos nosotros tu tiempo escribiendo esta palabras. Gracias BUEN PASTOR!
ResponderEliminaryo tengo esa foto¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarHace un año también compartías conmigo y mi familia la Palabra. Era una celebración mucho más humilde que la del Obradoiro, pero nunca lo olvidaremos. Gracias
MARITA: gracias! sobre todo por lo de Buen Pastor (aunque me viene grande)
ResponderEliminarLUCAS: "Mucho más humilde..." La humildad es una virtud, "ergo"... vamos por buen camino, jeje. Y yo feliz de poder compartir con vosotros ese momento tan especial.
Os recuerdo con cariño. Un fuerte abrazo.
Me encanta pasarme por aquí y leer... te acercas. Besos.Cuando vengas te hago una tartita rica.
ResponderEliminarBEA: muchas gracias!!! en breve nos tomaremos esa tarta!!! yo pongo los bocadillos. Un besote.
ResponderEliminarBuenas tardes don Oscar. ¡Menuda gran foto! 100x1 ya aquí.Un abrazo.
ResponderEliminarNIP: Sin duda! el Señor ha sido más que generoso conmigo. Por eso he creado este blog. Para dar gracias:
ResponderEliminarhttp://elcientoporuno.blogspot.com/2011/09/el-ciento-por-uno.html
Un fuerte abrazo.
Esos dias fueron para todos un punto y aparte en nuestras vidas.un gran camino a recorrer!!y si esa foto es grande!!y con mucho significado! un saludo :)
ResponderEliminarGracias Óscar, yo también tengo esa foto y si desde que la vi la sentí especial, hoy he comprendido la intensidad y la grandeza de la misma.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
hace más de un año, y lo recuerdo como hoy mismo. Gracias Óscar por traer a mi memoria unos de los momentos más bonitos que he vivido ayudando, en todo lo que he podido, y contribuyendo al 6N.
ResponderEliminarMER: un punto y a parte, sin duda! No sabemos hasta qué punto un acontecimiento de estas características puede llegar a cambiar nuestras vidas. Es algo que sólo con el tiempo se descubre. Un abrazo.
ResponderEliminarÁNGELES: Pues claro que tienes la foto! es la que he elegido como recordatorio de mi ordenación y primera misa solemne. Me alegra saber que ahora la veas con otros ojos. Un besote.
LAURA: Gracias a Dios por dejarnos vivir esta experiencia. Gracias al Papa por visitarnos y gracias a TI por vivir con generosidad tu vida cristiana y participando en el voluntariado. Un abrazo.