Teólogos y teología

Tener ocasión de estudiar teología en Roma es una oportunidad irrepetible para conocer en persona a teólogos de los que uno ha leído tanto. Ya me ha sucedido con Rino Fisichela, Salvador Pié-Ninot... y hace unos días con Peter Hünermann. Este último me causó especial impresión porque cualquiera que se haya iniciado en el estudio de la Teología o de las Ciencias Religiosas tiene que conocer un libro con más de dos mil páginas, que contiene el Magisterio de la Iglesia Católica. Sí, el Denzinger-Hünermann. Esta obra iniciada por el jesuita Heinrich Joseph Dominicus Denzinger en el 1854 ha sido ampliada con el paso de los años hasta llegar a su última edición (2009) elaborada por el teólogo alemán Peter Hünermann, en la actualidad profesor emérito de la Universidad de Tubinga.

Esta gran obra consta de dos partes: la primera comprende los credos o confesiones de fe de la Iglesia antigua; la segunda parte, los documentos del Magisterio eclesiástico estructurados en orden cronológico y en relación con los correspondientes pontificados. El objetivo de una obra de estas características es presentar el patrimonio dogmático de la Iglesia. En su última edición, se caracteriza por hallarse completada por una selección de textos del Magisterio tomados de los documentos oficiales del Concilio Vaticano II, de las encíclicas pontificias, las declaraciones de la CELAM y de los documentos de la época postconciliar.

Hace pocos días pude participar en un congreso en la Universidad Lateranense con el título: "Sacramento y Palabra en el fundamento y contenido de la fe". Cuan grande fue mi sorpresa al saber que uno de los ponentes sería P. Hünermann. Su intervención resultó interesante, así como la de otros teólogos que intervinieron: G. Lorizio o E. Herms (luterano). 

Pero al salir de allí uno se queda con una sensación extraña y con una convicción en la cabeza:

Existe tres clases de teólogos:
1. Los que hablan y todo el mundo entiende lo que dicen.
2. Los que hablan y sólo los teólogos entienden lo que dicen.
3. Los que hablan y "absolutamente nadie" entiende lo que dicen.

Está claro que la comprensión de un discurso puede estar condicionada por mucho factores: el idioma, el lenguaje utilizado, la formación previa, el conocimiento específico del tema, etc. Pero a parte de todo esto, una de las labores fundamentales del teólogo fundamental (en mi humilde opinión) es interrogarse no solamente por la revelación como objeto de fe, sino también por la revelación como irrupción de Dios en la historia; por ello reflexiona y presenta al hombre de hoy (creyente o no creyente) la Verdad revelada, Jesucristo como algo "creíble". Intentando mostrar que la opción de fe es razonable y sensata, e intentando adaptar el lenguaje para que el hombre entienda y pueda acercarse al Misterio.

El el caso específico de la "Teología Fundamental" son tantos los ámbitos de investigación y reflexión que es imposible abarcarlos todos. En próximas entradas intentaré ir destacando diferentes campos de trabajo de la TF.
con Peter Hünermann

Oscar Valado
Roma, 12 de diciembre de 2011

6 comentarios:

  1. Amigo Óscar:

    No sabes cuánto lamento decirte que... ¡¡estoy de acuerdo contigo!!

    En todas las ramas teológicas -la tuya, la Fundamental, la mía, la liturgia- se producen esas tres categorías que tú señalas de teólogos.

    Jaime Campmany escribía como los ángeles; leía el artículo a la chacha de toda la vida y si ella lo entendía... procedía a enrevesarlo un poco. (Creo que era él, lo mismo me confundo de autor). En la teología la claridad revela su dimensión pastoral y docente. Lo oscuro que nadie entiende es erudición y academicismo, complejos intelectuales de sus respectivos autores.

    Lo razonable es una categoría para mí fundamentalísima, prioritaria: distinguiendo todo del racionalismo, hay que subrayar que la fe es razonable, es lo más ajustado a la estructura de la razón humana que participa del Logos.

    Como sigas así, nuestra relación de amistad va a ser muy sosa: coincidente, sin aristas ni ironía... sin puntos de fricción (je,je)

    De corazón, un fortísimo abrazo amigo

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  2. si entendemos sin tener una gran preparación si adaptéis el lenguaje al común de la zona y para todas las personas ,después hay algo que solo lo entiendes si tu interior esta abierto a ese mensaje , pero creo que tambien al creyente y al no creyente le llega el mensaje cuanto mas directo y sencillo sea ;lo que si se es que necesitamos de vuestra ayuda para crecer , estamos muy faltos de formacion llenos de trabajos ,sin tiempo o sin saber donde acudir nadie tiene tiempo,os agradezco esta preciosa ayuda Un saludo afectuoso Maria

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  3. JAVIER: Cuanto siento defraudarte! Al final vamos a estar del mismo y bando y todo, así no hay quien pueda! jejeje. Muchas gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo.

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  4. MARIA: Cuando nos vamos por las nubes también es bueno que alguien nos diga que "aterricemos", porque si no... incluso podemos llegar a pensar que lo estamos haciendo bien cuando resulta todo lo contrario. Un saludo y muchas gracias.

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  5. Óscar:

    si lo que escribes y afirmas es razonable, lógicamente estaremos unidos. Se evidencia una gran afinidad entre tus planteamientos y los míos, en una común visión del hecho teológico.

    Desde luego estás logrando que te coja un gran cariño/afecto.

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