La noche de Jueves Santo tuve ocasión de vivir con otros compañeros sacerdotes del Colegio Español una hermosa experiencia. Después de celebrar la cena del Señor un grupo de jóvenes del Coro de la Diócesis de Roma nos invitó a hacer "los siete sepulcros". Sin estar seguro de qué se trataba, y admirados por el interés por que les acompañasen sacerdotes... aceptamos.
Los "siete sepulcros" resultó ser la visita a siete iglesias del centro de Roma, más en concreto a los monumentos (como tradicionalmente se conocen –aunque no deba ser así–) realizados en esas iglesias con motivo del Jueves Santo. Lo más llamativo de todo (por lo menos para mí) ha sido ver a tantos grupos de personas (jóvenes y mayores) haciendo estas visitas nocturnas por las iglesias de Roma. Arrodillados, orantes, acercándose al sacramento de la penitencia... increíble!
Entramos en la primera, Sant'Andrea della Valle. Esta iglesia impresiona por sus dimensiones... pero más aún por ver a tantas personas rezar con tanta unción. De camino a la siguiente, San Luigi dei Francesi, pregunté por la tradición de los "siete sepulcros", y con tal motivo los sacerdotes que acompañábamos a estos jóvenes del coro de la diócesis de Roma les explicamos el verdadero sentido de "orar con el Señor" (todavía vivo) en el huerto de los olivos. Los jóvenes no dudaron en mostrar su sorpresa y al mismo tiempo agradecimiento.
Ya en la tercera iglesia, Santo Agostino, utilizamos el canto "Anima Christi" de Marco Frisina para orar. La experiencia fue tan buena (para nosotros y par los que allí estaban presentes) que lo repetimos también en la iglesia de San Apolinar.
En la cuarta y quinta iglesia, San Giacomo y San Lorenzo in Damaso, casi como si fuese algo imprescindible volvimos a cantar esta hermosa oración.
Por último, entramos en la iglesia de la Santissima Trinità dei pellegrini, allí nos detuvimos un poco más porque era la última iglesia que visitábamos y porque no había tanta aglomeración –ya era un poco tarde–. Pudimos entonar varios cantos apropiados para ese momento.
De este modo concluíamos la visita a las "siete iglesias". Han sido cerca de dos horas de encuentro con el Señor y con los hermanos. Una experiencia hermosa que nunca habíamos vivido los sacerdotes que acompañamos a este grupo de jóvenes. Ante lo cual, sólo cabe decir una cosa: Gracias a Dios por dejarnos vivir este momento de gracia y comunión.
Para finalizar esta entrada incluyo las imágenes de los altares preparados para el Señor en la Basílica de San Pedro y en la Basílica de San Juan de Letrán en el día de Jueves Santo
Oscar Valado
Roma, 30 de marzo de 2013
Del directorio de la piedad popular
ResponderEliminarSagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
Jueves Santo La visita al lugar de la reserva
141. La piedad popular es especialmente sensible a la adoración del
santísimo Sacramento, que sigue a la celebración de la Misa en la cena
del Señor. A causa de un proceso histórico, que todavía no está del todo
claro en algunas de sus fases, el lugar de la reserva se ha considerado
como "santo sepulcro"; los fieles acudían para venerar a Jesús que
después del descendimiento de la Cruz fue sepultado en la tumba,
donde permaneció unas Cuarenta horas. Es preciso iluminar a los fieles
sobre el sentido de la reserva: realizada con austera solemnidad y
ordenada esencialmente a la conservación del Cuerpo del Señor, para la
comunión de los fieles en la Celebración litúrgica del Viernes Santo y
para el Viático de los enfermos, es una invitación a la adoración,
silenciosa y prolongada, del Sacramento admirable, instituido en este
día. Por lo tanto, para el lugar de la reserva hay que evitar el término
"sepulcro" ("monumento"), y en su disposición no se le debe dar la forma
de una sepultura; el sagrario no puede tener la forma de un sepulcro o
urna funeraria: el Sacramento hay que conservarlo en un sagrario
cerrado, sin hacer la exposición con la custodia. Después de la media
noche del Jueves Santo, la adoración se realiza sin solemnidad, pues ya
ha comenzado el día de la Pasión del Señor.
Ahora ya sé de dónde viene esta tradición. Hola, soy peruana y aquí en mi ciudad se hace lo mismo, es increíble ver tanta gente visitando al Señor, velando en la noche Santa!!! Le dejo me blog por si quiere darse una vuelta!!!
ResponderEliminarhttp://ssiempredefrente.blogspot.com
Buenas noches don Oscar.
ResponderEliminarEs muy hermosa la experiencia que ha querido compartir en el blog de esa noche santa en Roma.
Canten siempre y todo lo que puedan pues, a donde tal vez no puede llegar ni la apologética ni el testimonio ni la predicación, probablemente pueden llegar el canto y la música, tocando los corazones más "resistentes". Creo que deberían tener un lugar muy destacado en la nueva evangelización.
Cuánto me gustaría que no hubiera una parroquia sin un buen coro de cuyos cantos pudieran llegar a participar todos.
Me gustaría preguntarle qué ocurre si una persona moribunda necesita recibir el viático en el tiempo que va entre los Oficios de Viernes Santo y la Vigilia Pascual, si se supone que la Reserva Eucarística del Jueves Santo se consume totalmente el Viernes Santo.
¡Feliz Pascua!
Aquello estuvo muy bien. ¡Qué recuerdos!
ResponderEliminarComo ves ya me he picado a tu glob.
Ánimo con la tesis y buena Quadragesima
JuanA