Este rito que se propone no tiene un carácter oficial, por ello puede ser modificado según las circunstancias y necesidades.
Hasta hoy, los ministerios laicales instituidos por la Iglesia a hombres y mujeres son el de lector, acólito y catequista. Aunque, por otra parte, es importante destacar que existen otros ministerios –sobre todo con respecto a la música– que no cuentan con un rito de institución propio: salmista, cantor, organista, etc. Por ello, este «rito» pretende ser una ayuda pastoral para aquellos coros dedicados a la liturgia que quieran hacer visible a la incorporación de nuevas voces al coro, para así recordar que el canto tiene un componente ministerial muy importante en todas las acciones litúrgicas que celebramos.
Para celebrar este rito sería ideal buscar un momento apropiado. Si el coro puede disponer de una jornada o un fin de semana de convivencia y retiro, este se puede realizar como conclusión del encuentro, ya sea dentro de la Eucaristía o en una celebración de la Palabra. Si no es posible este momento de encuentro, puede realizarse durante la celebración dominical. En cualquier caso, como la mayoría de sacramentos y sacramentales, lo apropiado es tener este rito después de la homilía.
RITO DE ADMISIÓN PARA NUEVOS CORISTAS
Finalizada la homilía, inicia el rito de admisión de los nuevos coristas:
El Celebrante:
Queridos hermanos, en el día de vuestro ingreso en el Coro de… [indicar el nombre del coro o de la parroquia o diócesis a la que pertenece], os pedimos que manifestéis delante de vuestros hermanos y hermanas la voluntad de asumir esta responsabilidad. Que nunca presumáis del don de vuestra voz para poder ofrecer vuestro servicio a la Iglesia con humildad, donde no tenga lugar la vanidad o la soberbia; siempre conscientes de estar realizando un servicio generoso y lleno de amor a Dios y a vuestros hermanos.
Por eso os pregunto: ¿Queréis ejercitar el ministerio de cantor con ánimo y al servicio de la Iglesia de… [parroquia, diócesis, etc.] y su obispo?
Los cantores responden juntos, pero en singular:
Sí, quiero.
El Celebrante:
¿Queréis asumir las responsabilidades propias del ministerio que ejerceréis como parte del Coro de... [comunidad, parroquia, diócesis, etc.], encaminadas a crecer juntos en la fe?
Los cantores:
Sí, quiero.
El Celebrante:
¿Queréis comprometeros y asumir un comportamiento responsable en vuestras obligaciones, participando en las acciones litúrgicas habituales, en los ensayos y en un estilo de vida coherente con nuestro ser cristianos?
Los cantores:
Sí, quiero.
El Celebrante:
Oremos.de estar a tu servicio como auténticos cantores de tu amor.
Haz que con su canto estén siempre al servicio tu alabanza
y santificación de sus hermanos,
ofreciendo siempre un testimonio santo y generoso.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Hola, padre Oscar.
ResponderEliminar¿Existe una musicalización de la Oración de los músicos a Santa Cecilia? Sería bonito poder cantarla mientras se entrega el "elemento propio o característico del coro", o después (que creo que sería lo más apropiado).
Gracias por todo.
No existe. Pero sería preferible utilizar un salmo, el 150, por ejemplo, por aquello de utilizar la palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas. Además, esta oración utiliza versos libres, no ritmados, etc. musicalizarla no sería lo más fácil del mundo, mucho menos cantarla.
EliminarAcabo de encontrar esta página muchísimas gracias por todo su trabajo en favor de este gran ministerio de cantar al Señor
ResponderEliminarGracias a usted por leer y comentar. Le animo a compartir para que otros también se enriquezcan. Un cordial saludo.
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