La música de la Catedral de Santiago, Vol. 5

 

Vol. 5
MISA EN HONOR AL APÓSTOL SANTIAGO
Marco Frisina
Real Filharmonía de Galicia
Orfeón Terra a Nosa
Schola Antiqua
Escolanía de la Catedral
Dirección: Marco Frisina

Para pedidos de este volumen o de cualquier otro de la colección: 
administracion@catedraldesantiago.es 

Motete en el Pórtico de la Gloria: Cunctipotens genitor Deus
Antífona de entrada: Himno al Apóstol Santiago
Kyrie 
Gloria
Salmo responsorial: Oh, Dios, que te alaben los pueblos
Aleluya y versículo antes del evangelio
Credo III con «et incarnatus» polifónico
Offertorio: Iocundetur et laetetur
Sanctus
Agnus Dei
Antífona de comunión: Bebieron del Cáliz
Ite missa est



1. Cunctipontens genitor Deus (Motete en el Pórtico de la Gloria)

Esta pieza está basada en un antiguo «discantus» construido sobre la melodía gregoriana «Cunctipotens genitor Deus». El discantus es un género arcaico de polifonía empleado desde el siglo IX hasta el XI en el que las partes solo cantan consonancias perfectas. El efecto general es de gran solemnidad que se adapta bien a la fiesta del Apóstol y también a las formas románicas de la antigua Catedral de Santiago. El motete se interpreta en el Pórtico de la Gloria, donde confluyen la procesión civil y la religiosa. Allí el Arzobispo de Santiago muestra su acogida a S. M. el Rey.

Cunctipotens genitor Deus, 
omni Creator, eleison. 
Christe, Dei splendor, 
virtus Patrisque sophia, eleison. 
Amborum sacrum spiramen, 
nexus amorque, eleison.
-------------------------------------------
Dios, Padre todopoderoso, 
creador de todas las cosas, ten piedad. 
Cristo, esplendor de Dios, 
virtud y sabiduría del Padre, ten piedad. 
Aliento sagrado [Espíritu Santo], 
unión y amor entre ambos, ten piedad.

2. Himno al Apóstol Santiago (Canto para la procesión de entrada)

Finalizado el motete, comienza la procesión de la celebración litúrgica para la cual compuso este himno, inspirado en los textos de los antiguos himnos latinos, ordenando en las seis estrofas las principales características del Apóstol y del Santuario de Compostela cuyas puertas están siempre abiertas a los pecadores y a los que buscan al Señor. El estribillo del himno recuerda el martirio que santificó al Apóstol, el primero en derramar su sangre por Cristo. La música es solemne y gozosa, como corresponde al canto de entrada de una celebración de estas características. 

Santiago, Apóstol del Señor,
testigo de Cristo,
tú eres guía y auxilio de aquellos
que confían en ti.

Dios, Padre y Rey del mundo entero,
distribuyendo las naciones
escogió a Santiago
patrón de toda España.

Primero entre los Apóstoles,
martirizado en Jerusalén,
el insigne Santiago
fue santificado en su martirio.

Benditos los pies de aquellos que vienen
para anunciar la paz de Cristo.
Él envía a los que anuncian su voz,
grito del Verbo.

Ofrece a los hombres, como una luz,
ejemplo de amor y de entrega,
un camino de esperanza
y fe verdadera.

Las puertas se abren con alegría
llamando a los pecadores.
La gracia llenará el corazón
de los que se conviertan.

Al Padre creador la gloria eterna,
al Hijo que salva al mundo,
y al Espíritu Santo
nuestra alabanza.

Herru Sanctiagu, Got Sanctiagu,
E ultreia e suseia Deus adiuvanos. Amén.
 
3. Kyrie 

Las partes del Ordinario de la Misa (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei) están compuestas en diálogo empleando la melodía de la IV Misa Gregoriana «Cunctipotens genitor Deus» y la polifonía contemporánea de Marco Frisina. El Kyrie tiene un carácter fuertemente contemplativo: ante la majestad divina, los creyentes elevan su oración pidiendo compasión a Dios Todopoderoso. La tradición conservó esta aclamación cristológica en griego.

Kyrie eleison.
Christe eleison.
Kyrie eleison.
---------------------
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

4. Gloria 

El Gloria, uno de los himnos más antiguos de la liturgia cristiana, proclama la grandeza de la Trinidad, En el tejido musical surge continuamente la melodía gregoriana del Gloria de la Misa IV gregoriana.
Gloria in excelsis Deo

Et in terra pax hominibus
bonae voluntatis.
Laudamus te,
benedicimus te,
adoramus te,
glorificamus te,
gratias agimus tibi
propter magnam gloriam tuam.
Domine Deus, Rex caelestis,
Deus Pater omnipotens,
Domine Fili unigenite Jesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei, Filius Patris.
Qui tollis peccata mundi,
miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi,
suscipe deprecationem nostram.
Qui sedes ad dexteram Patris,
miserere nobis.
Quoniam tu solus sanctus,
Tu solus Dominus,
Tu solus altissimus, Jesu Christe.
Cum Sancto Spiritu
in gloria Dei Patris. Amen.
-------------------------------------------------------
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, 
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo 
en la gloria de Dios Padre. Amén.

5. Salmo responsorial

El Salmo responsorial proclama solemnemente el plan universal de salvación e invita a toda la tierra a alabar al Señor, el Salvador.  

Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor nuestro Dios.
Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
que le teman todos los confines de la tierra.

6. Aleluya y versículo del evangelio

El aleluya es la aclamación festiva de todo el pueblo de Dios por la resurrección de Jesús. Con este canto la asamblea y el coro preparan el corazón y esperan la Palabra viva de Dios que va a ser proclamada. La Tradición conservó la palabra hebrea (aleluya) por su profundo significado. El versículo, paradójicamente, es uno de los pocos ejemplos de la liturgia que no viene escogido de la Sagrada Escritura, sino que forma parta de la tradición litúrgica. La música propicia un momento de contemplación gozosa del misterio de la gracia que Dios reveló en Santiago, la "estrella brillante de España" y de toda la Iglesia, en contraposición con la alegría exultante de la aclamación aleluiática.

Aleluya, aleluya, aleluya.
Astro brillante de España, Apóstol Santiago,
tu cuerpo descansa en la paz,
tu gloria pervive entre nosotros.

7. Credo 

En el seno del Credo Gregoriano III interpretado por la Schola Antiqua se introduce un paréntesis contemplativo en el que el Coro invita a dejarnos asombrar con el misterio de la Encarnación. Todo se detiene y queda iluminado por la luz sobrenatural del misterio divino de Dios hecho hombre por nosotros.

Credo in unum Deum,
Patrem omnipotentem,
factorem caeli et terrae,
visibilium ominum et invisibilium.
Et in unum Dominum Iesum Christum
Filium Dei unigenitum.
Et ex Patre natum ante omnia saecula.
Deum de Deo, lumen de lumine,
Deum verum de Deo vero.
Genitum, non factum,
consubstantialem Patri:
per quem omnia facta sunt.
Qui propter nos homines
et propter nostram salutem
descendit de caelis
Et incarnatus est de Spiritu Sancto
ex Maria Virgine et homo factus est.
Crucifixus etiam pro nobis:
sub Pontio Pilato passus et sepultus est.
Et resurréxit tértia die,
secundum scripturas.
Et ascendit in caelum:
sedet ad dextram Patris.
Et iterum venturus est cum gloria
iudicare vivos et mortuos:
cuius regni non erit finis.
Et in Spiritum Sanctum,
Dominum et vivificantem:
qui ex Patre et Filioque procedit.
Qui cum Patre et Filio
simul adoratur et conglorificatur;
qui locutus est per prophetas.
Et unam sanctam catholicam
et apostolicam Ecclesiam.
Confiteor unum baptisma
in remissionem peccatorum.
Et exspecto resurrectionem mortuorum.
Et venturi saeculi.
Amen.
-------------------------------------------
Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor,
Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado,
no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros,
los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María,
la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.

8. Offertorium – Iocundetur et laetetur 

Para el ofertorio, momento que existe entre la liturgia de la Palabra y la liturgia eucarística, el compositor propone una obra instrumental para órgano y orquesta con el tema de la melodía tradicional del Himnus Sancti Iacobi. Con esta antigua melodía quiere crear un puente ideal entre el antiguo canto de los peregrinos de ayer y de hoy. Esta música invita el pueblo de Dios el recogimiento y la oración mientras se presentan el pan y vino para la celebración. Al mismo tiempo, expresa el gozo de vivir juntos la fiesta en honor del Apóstol. 

9. Sanctus 

Esta parte del Ordinario de la Misa es el canto más importante de la celebración litúrgica, porque como dice siempre el prefacio: por eso, con los ángeles, con los arcángeles y con toda la corte celestial cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo Santo... De este modo nos unimos (con nuestro canto) a la realidad trascendental, pero no a nuestro modo, si no al suyo, tal y como describe san Joan en el libro del Apocalipsis. Por eso en el sanctus de esta Misa se alternan momentos solemnes con otros más íntimos y contemplativos, como en el Benedictus, donde la melodía gregoriana encomendada a los tenores está rodeada de una nube luminosa, trascendental, y muy dulce creada por las voces femeninas y algunos instrumentos de la orquesta.

Sanctus, Sanctus, Sanctus
Dominus, Deus Sabaoth.
Pleni sunt cæli et terra gloria tua
Hosanna, in excelsis.
Benedictus qui venit in nomine Domini
Hosana, in excelsis.
---------------------------------------------
Santo, Santo, Santo
es el Señor Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna, en el cielo.
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Hosanna, en el cielo.

10. Agnus Dei

El Agnus Dei, que emplea la melodía gregoriana, es un cuanto afectuoso al dócil Cordero que lleva sobre sí los pecados del mundo. La asamblea responde a las invocaciones del coro con el "miserere nobis"; la pieza finaliza con un intenso “dona nobis pacem” que repite el Coro, dando voz a las aspiraciones de paz de los hombres de nuestro tiempo.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi
Miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi
Dona nobis pacem.
-----------------------------------------------------
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Danos la paz.

11. Bebieron de él cáliz (Antífona de comunión)

Esta antífona, inspirada en el texto evangélico, recuerda el glorioso martirio del Apóstol Santiago, que se expresa con una melodía solemne e íntima, capaz de subrayar el momento de la comunión eucarística en el que se interpreta. La antífona va acompañada de unos versos del Salmo 116 que recuerdan la belleza de la muerte de los que, como Santiago, mueren dando testimonio de su fe en Cristo.

Bebieron el cáliz del Señor,
se hicieron amigos de Dios
y fueron testigos fieles de Cristo.
Aleluya, aleluya.

¿Con qué pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación
e invocaré el nombre del Señor.

Cumpliré mis votos al Señor
en presencia de todo su pueblo.
Qué difícil es para el Señor
la muerte de sus amigos.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza
e invocaré el nombre del Señor,
cumpliré mis votos al Señor.

12. Ite missa est

Todas las celebraciones finalizan con una despedida ritual, en latín es Ite missa est. Deo gratias. De este modo, en gregoriano, se da por concluida la Misa en honor al Apóstol Santiago. 





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