Así es, el Papa ni abdica, ni dimite. Renuncia. ¿Y esto es posible? Pues sí, aunque es algo a lo que
los pontífices no nos tienen acostumbrados. Según el canon 332 / 2 del Código de Derecho Canónico: "Si
el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la
renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por
nadie". Y así lo ha hecho.
El 28 de febrero a las 20:00, Benedicto
XVI dejará tras de sí ocho años de intenso pontificado. En su inicio, en 2005,
dijo: “después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han
elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor”. Creo que
estas palabras resumen perfectamente el carácter de Benedicto XVI.
Suceder a Juan Pablo II no
sería tarea fácil, sobre todo por la presión mediática a la que se le sometería
en los primeros meses de su pontificado. Se dijeron verdaderas aberraciones,
por supuesto, todas infundadas. Lejos del “inquisidor” que nos habían querido
vender, nos hemos encontrado con un rostro amable, sonriente, esforzado… me
atrevería a decir, incluso, entrañable. Preocupado por los problemas del mundo,
por las necesidades de los que sufren, mediador de la paz y, sobre todo, un
pastor y un maestro. Aunque más allá de impresiones personales por la simpatía
que puede despertar en mí la figura de Benedicto XVI cabe destacar cuestiones
más objetivas.
A modo de anécdota, es el
primer Papa que retira la tiara de su escudo pontificio, ¿casualidad? No,
humildad (así se presentó en su inicio). Ha escrito abundante magisterio del
cual cabe destacar sus tres encíclicas: Deus
caritas est (2005), la cual está lejos de presentar la doctrina de un papa
“inquisidor”, comienza diciendo que “Dios es amor”; Spe salvi (2007), sorprendió
a todos por su contenido esperanzador incluso en los momentos en los que la fe
parece desaparecer; Caritas in veritate (2009), en la que retoma el “amor” pero esta
vez como fuerza extraordinaria que mueve
a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en la justicia y en
la paz. (todas ellas de recomendable lectura).
No podemos olvidar que Benedicto
XVI visitó España en tres ocasiones: Valencia, en el Encuentro Mundial de la
Familias (2006); Santiago de Compostela con motivo del Año Santo y Barcelona
para la consagración de la basílica de la Sagrada Familia (2010) y, finalmente,
a Madrid para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (2011). También en
2011, pero ya en el Vaticano, canonizó a su predecesor, Juan Pablo II, en una multitudinaria ceremonia en la plaza
de San Pedro.
Aunque no todo ha sido “vino y
rosas”. Benedicto XVI ha tenido que enfrentarse a problemas tan serios como la
pederastia. En esta ocasión, como en tantas otras, algunos medios buscaron
noticia donde no la había. Y prefirieron meter el dedo en la llaga antes que
escuchar ver cómo se estaba respondiendo al problema. Y la respuesta fue:
tolerancia cero: “las víctimas deben ser la preocupación principal de la comunidad
cristiana, y debe ir de la mano de una profunda renovación de la Iglesia a
todos los niveles”. A todo esto se le suman las últimas andanzas de su entorno:
la cuestión de Paoleto, de Vatileaks,
también han mermado la salud y las fuerzas de Benedicto XVI.
El mismo Papa que fue tachado
de “conservador” sería el que buscase sin cesar, una y otra vez, la unidad con
pluralidad. La aprobación del rito extraordinario de celebrar la misa suscitó
muchísimas polémicas, pero fue un “tender la mano” a la Fraternidad de San Pío
X. La creación del Ordinariato anglocatólica ha sido acoger con los brazos
abiertos en el seno de la Iglesia Católica a miles de sacerdotes anglicanos. Tampoco podemos olvidar su impulso al diálogo
ecuménico, o su interés por la paz en los Encuentros interreligiosos por la paz
en Asís, pero claro, esto nunca es noticia. Así es Benedicto XVI, un simple y
humilde trabajador que no espera que le reconozcan nada.
Por último, y no por eso menos
importante, ha sido un papa creativo. Las nuevas tecnologías han sido una de
las grandes novedades de su pontificado. Hemos visto imágenes de él con un
iPad, o en Twitter… quizás parezca anecdótico, pero en definitiva, ha sido una
muestra más de que pese a su edad buscaba hacerse presente entre los más
jóvenes. A esta creatividad se le suma su interés por la nueva evangelización y
su deseo por hacer llegar a todos los hombres y mujeres la Buena Noticia,
Jesucristo.
Un pontificado bueno, muy
bueno. Llegó con humildad y se fue con humildad. Eso sí, dejando un legado del
que nos seguiremos nutriendo durante años.
Ver artículo en Faro de Vigo.
Ver artículo en Faro de Vigo.
Oscar Valado
Roma, 13 de febrero de 2013
Oscar, grazas por recordares todo o que fixo este Papa. Cando comezou todos o criticaron por carca... e agora... vese que é o máis avanzado de todos. Xa podía ter dez anos menos.
ResponderEliminarUnha aperta.
Xoan Portela.
Benedicto XVI foi un gran Papa, recordarémolo por longo tempo.
EliminarGrazas polo teu comentario, Xoan.
Unha aperta.