Hoy es uno de esos días en los que resulta inevitable emocionarse con los acontecimientos que nos llegan a través de los medios de comunicación. Este nuevo atentado en París ha conmocionado a la opinión pública, pero... ¿qué hay detrás de todo esto?
Después de leer un par de noticias sobre los sucedido me han venido a la mente las palabras –hoy más proféticas que nunca– de San Juan Pablo II en el acto europeo que tuvo lugar en Santiago de Compostela el 9 de noviembre de 1982: "Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual".
Sin duda, no fue una "casualidad" que Juan Pablo II quisiera pronunciar estas palabras en Santiago de Compostela, todo lo contrario. Santiago de Compostela ha sido, en gran medida, la gran vertebradora del humanismo cristiano sobre el que se fundamentan los pilares de la vieja Europa. No podemos olvidar nuestras raíces y lo que ha hecho que seamos lo que somos.
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